Democracia confinada
No hace mucho en Catalunya el término democracia se convirtió en un vocablo mágico utilizado por los partidos independentistas que señalaba la puerta de acceso directo a la independencia de Catalunya. Se asoció calidad democrática al derecho a decidir y este a que los catalanes pudieran votar en un referéndum ilegal el futuro de Catalunya. El término democracia en manos de los comunes se utilizó para reivindicar el ideal de la “democracia directa” que ha de permitir a los ciudadanos votarlo todo, desde poner el nombre a una calle hasta quitárselo. Partidos como PP y Ciudadanos han defendido el modelo de las democracias liberales, donde los derechos de los ciudadanos no pueden ser recortados por el poder del Estado. Todos estos partidos han propiciado desconvocar la fecha de las elecciones.
Esta decisión no solo obedece a razones sanitarias, sino que también tiene que ver con los cálculos en relación con los beneficios políticos que cada partido cree que puede conseguir con la decisión de posponer las elecciones. Resulta interesante observar que, mientras que los partidos maniobraban para cambiar la fecha de las elecciones, la sociedad civil, los sindicatos y las patronales solicitaban que no se aplazaran. Nos encontramos ante un peligroso precedente en el que la coyuntura política es más importante que la salud democrática.
Al margen de la decisión del TSJC, hay que preguntarse si cabe la posibilidad de que el 30 de mayo vuelvan a convocarse si sigue habiendo los mismos indicadores de contagio que ahora. En ese caso, la respuesta del Govern no podría ser otra que no hacer las elecciones. La respuesta permite afirmar que la decisión adoptada es un error político, pues deja en suspenso indefinidamente el derecho fundamental de los ciudadanos a votar. Es una manipulación electoral que responde a intereses de partidos y que debilita la legitimidad del Govern de la Generalitat al no permitir votar a aquellos ciudadanos que ahora querían hacerlo. La democracia, tantas veces invocada desde el Govern para movilizar a los ciudadanos a votar, ahora ha sido confinada.
Hoy la coyuntura política es más importante que la salud democrática