Los hospitales catalanes, con 590 enfermos en uci, anulan cirugía no urgente
Gran parte de los hospitales catalanes han puesto en marcha algún tipo de reducción de actividad no urgente para hacer sitio a la creciente covid. A pesar de que los nuevos casos siguen la tendencia a la baja iniciada hace una semana y que ayer hubo algunos ingresados menos que el lunes, las ucis siguen llenándose. Están a punto de superar el peor momento de noviembre: el martes se contaron 590 pacientes graves en cuidados intensivos. El máximo de la segunda ola se alcanzó el 10 de noviembre, con 494.
La previsión es que ese número crezca porque un 10% de los infectados acaba en el hospital con una afectación importante y una parte de ellos necesitará una uci. Y durante varias semanas.
Por eso Can Ruti, por ejemplo, suspende algunas cirugías que pueden esperar o que tienen periodos de espera largos, como cataratas o hernias. El Clínic se ciñe de momento también a retrasar esa cirugía electiva. Ya tiene a 200 pacientes covid en sus salas. El hospital del Mar ha optado por programar menos actividad demorable, pero mantiene lo que ya estaba convocado.
El Arnau de Vilanova en Lleida ha suspendido la cirugía de tarde, entre el 10% y el 15% del total, para liberar profesionales y espacios de reanimación que pueden necesitar inmediatamente.
El Trueta de Girona ha aparcado su refuerzo de cirugía de tardes y ha parado la unidad del sueño. En los centros de Tarragona las desprogramación se mantiene a quince días vista, con la esperanza de retomarla entonces.
Algunos mantienen la actividad de momento, como Vall d’hebron. Lo mismo el hospital de Sant Pau, pero con todo a punto para desconvocar si la presión covid les crece.
La idea del Catsalut es que los hospitales actúen en red y se puedan traspasar la presión de los pacientes covid, de manera que la asistencia desconvocada no afectan más a unas poblaciones que a otras. Pero eso es un difícil encaje y de momento cada centro aplica su propio plan para atender todo lo que no puede dejar para otro momento.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha vuelto a pedir a Salut que se plantee un confinamiento no municipal sino metropolitano en el caso de Barcelona y las ciudades colindantes con las que existe un continuo de hecho, en forma de vida y también servicios. Colau alega, además, que la estrechez del espacio municipal obliga a aglomeraciones en las playas o en Collserola.
Ada Colau pide para Barcelona y colindantes un confinamiento metropolitano para evitar aglomeraciones