La juventud española piensa en emigrar
Los jóvenes de 15 a 29 años se definen como familiares, comprometidos con las causas sociales y escépticos con la política
Los jóvenes españoles lo tienen claro: si quieren progresar, tendrán que emigrar. Es la principal conclusión que se desprende del informe Jóvenes españoles 2021. Ser joven en tiempos de pandemia, publicado ayer por la Fundación SM, una institución educativa que elabora periódicamente y desde hace más de treinta años exhaustivas investigaciones sobre los intereses y preocupaciones de la población de entre 15 y 29 años.
El estudio de este año, realizado entre el 11 de marzo y el 6 de abril de 2020, cuando estaba vigente el primer estado de alarma y la población estaba confinada en sus domicilios, revela que las cuestiones que más les inquietan son las dificultades para poder trabajar en lo que les guste (lo mencionan el 49%), conseguir una vivienda adecuada (48%) y poder formar un hogar o familia y ser autosuficientes económicamente (41%). Aun así, casi la mitad de ellos (46%) creen que tendrán una mejor vida que la de sus padres. Un nada desdeñable 16% considera que será peor.
Más de la mitad de los encuestados –una muestra de más de 1.600 entrevistas a residentes en todas las comunidades autónomas– cree que es bastante o muy probable que tengan que emigrar para encontrar trabajos mejor pagados y así mejorar su calidad de vida. Es decir, incluso buena parte de aquellos que perciben su porvenir de manera moderadamente optimista se imaginan en otro país a corto o medio plazo. Llama la atención que sigan siendo los jóvenes con peores condiciones socioeconómicas quienes menos consideran la posibilidad de construir su futuro fuera de España.
La salud (96%), la educación (96%) y la familia (95%) son los tres pilares fundamentales para la juventud. Los centros educativos son para ellos el lugar principal donde se dicen las cosas importantes y se adquiere educación en valores (68%), conocimientos útiles (66%) y aprendizaje para convivir democráticamente (61%).
La investigación muestra que internet es el espacio en el que discurre la mayor parte de vida de los jóvenes. Las actividades que realizan online tienen que ver, principalmente, con la comunicación y el entretenimiento audiovisual: escuchar música (el 73%), ver películas o series online (70%), navegar (70%) y ver televisión (64%). Sin embargo, aunque se relacionan mayoritariamente a través de las redes, disminuye el valor de la amistad. Si en el anterior estudio, en 2017, los amigos eran muy importantes para el 62% de los jóvenes, en 2020 sólo lo son para menos de la mitad (49%).
En cuanto a sus valores, la inmensa mayoría se identifica con la lucha por la igualdad de género (90%) y la sostenibilidad. Para un porcentaje similar, la protección del medioambiente debe ser una prioridad, aunque también hay negacionistas: el 25% piensa que la crisis climática es una exageración.
De sus respuestas también se concluye que, a pesar de tener una conciencia social alta, son autocríticos con su contribución en la construcción de un país mejor. Más del 60% sostiene que les gustaría vivir en una sociedad diversa, pero solo uno de cada cuatro valora positivamente el trato que los jóvenes dispensan hacia las personas migrantes. Además, un tercio de los jóvenes piensa que les damos demasiadas facilidades a los inmigrantes, y casi un 40% considera que hay demasiados extranjeros en España.
Mucho más consenso hay en las opiniones respecto a la política y la religión. Predomina el escepticismo y el distanciamiento con los representantes de estas instituciones. El 71% opina que los políticos no les tienen en cuenta. Casi en la misma proporción afirman que los gobernantes anteponen los intereses de bancos y multinacionales a los de los ciudadanos. Tan solo cuatro instituciones del sistema democrático obtienen el respaldo mayoritario en términos de confianza entre los jóvenes: la Policía (58%), las Fuerzas Armadas (58%), las organizaciones ecologistas (55%) y el sistema educativo (51%).
La educación es un valor al alza, mientras que la amistad ya no es tan importante como años atrás