España empieza a reconocerse
Los ‘hispanos’ sellan el pase a la segunda fase como líderes de grupo con un mejor juego
LOS MEJORES
Pérez de Vargas, con 18 paradas, y Ángel Fernández, con 10 goles, permitieron el despegue español
LAS SENSACIONES
En su tercer partido, la selección no sufrió al final, recuperó las contras y su mejor versión
La selección española ya está en la segunda fase del Mundial de Egipto, a la que llegará como líder del grupo B con 3 puntos en la mochila. Unas provisiones que deberían bastarle para poder pelear con posibilidades con Alemania y Hungría en la Main Round por una de las dos plazas que le darán acceso a los cuartos de final.
Se estrenará España en la fase principal mañana ante Alemania (18.00h) como un equipo más perfilado, más rodado, que empieza a recordar al campeón de Europa de hace un año. Ante Túnez, los hispanos comenzaron a reconocerse, a reencontrarse con sus señas de identidad, más serenos y constantes.
En el último partido de la primera fase, el combinado que dirige Jordi Ribera se medía a una selección tunecina tan ecléctica y desordenada como peligrosa por su imprevisibilidad, capacitada para dar cualquier susto (de hecho, empató con Brasil). Y tal y como estaban hasta la fecha los hispanos, tan irregulares e inconsistentes, era un ejercicio de concentración y constancia, más que un mero trámite.
Se demostró que los africanos serían un hueso con la resistencia que ofrecieron durante casi todo el primer tiempo, en el que llegaron a adelantarse por un gol (2-3, 4-5, 5-6) y a plantar cara de la mano de un efectivo Darmoul. España salía a flote gracias a los goles de un inspiradísimo Ángel Fernández desde el extremo (7 goles en el primer tiempo), la mejor baza ofensiva ayer, y a las paradas de un Gonzalo Pérez de Vargas que estuvo colosal, con 10 paradas en el primer tiempo.
Progresando paulatinamente, cerrando mejor la defensa y, sobre todo, encontrando la eficacia de Merchán desde el pivote (5 goles en el primer tiempo), España pudo dispararse hasta los 3 goles de renta (15-12) y así llegar al descanso con un buen margen para coger confianza y reforzar su fe para el segundo tiempo (17-14).
La reanudación se caracterizó por un diabólico intercambio de golpes, sin tregua, del que España salió beneficiado por su mayor efectividad en el tiro, y sobre todo por las intervenciones de Pérez de Vargas, que acabó con 18 paradas de 46 (un 39% de efectividad) y posibilitó el despegue en el marcador. Así, los hispanos pudieron distanciarse hasta los 5 goles de margen (22-17, a los 37m), que Túnez recortaba a 2 (25-23) en un último estertor. Sin embargo, la recuperación de los contragolpes (5) –que apenas se vieron en los dos primeros partidos– devolvió la renta a los 5 tantos, que se convirtieron en 7 para afrontar la recta final (32-25 a los 51m).
El triunfo español no peligró en esta ocasión, en un final plácido con el cojín acumulado, a diferencia de los duelos de Brasil y Polonia. Otro síntoma de la mejora de la selección española, que ha ido cogiendo ritmo y confianza a medida que ha sumado minutos, después de una larguísima inactividad durante el 2020 (dos partidos oficiales en un año).
España: Pérez de Vargas, Aleix Gómez (2), Maqueda (2), Guardiola (2), Marchán (5), Cañellas, Á. Fernández (10); R. Entrerríos (2), A. Dujshebaev (3), Sarmiento, Viran Morros (1), D. Dujshebaev (4), Figueras (3), Solé (2, 1p).
Túnez: Harboui, Toumi (5), Ben Abdallah (1), Darmoul (8), Sanai (3), Rzig (3, 1p), Jaballah (5); Haj Youssef, Maaref (3), Zaied (2), Soussi, Maggaiz (ps).
Árbitros: Hansen y Madsen (Dinamarca). Excluyeron a Álex Dujshebaev, Morros (2), Ariño y Maqueda, por España, y a Soussi, Jaballah y Zaied, por Túnez.
Parciales: 3-3, 6-6, 8-8, 13-11, 17-14 (descanso); 19-15, 24-19, 2823, 30-25, 34-27, 36-30.
Pista: New Capital Sports Hall de El Cairo. Sin público.