La Vanguardia

“No tengo ganas de asumir más riesgos en moto en el Dakar”

Laia Sanz, piloto de motos, 17.ª del rally Dakar 2021

- TONI LÓPEZ JORDÀ

Tres días se ha pasado casi incomunica­da Laia Sanz Plagiriber­t (Corbera de Llobregat, 1985) desde que ha vuelto de Arabia Saudí. Exhausta, le hacía falta descansar y digerir lo que ha vivido, una de las ediciones más duras. Antes de coger vacaciones y planificar el año, la reina del desierto atendía a La Vanguardia para explicar la experienci­a en su 11.º Dakar y avanzar dos de sus deseos: el paso a los coches e intentar ganar el 14.º título de trial.

¿Qué es lo primero que ha hecho al llegar a casa?

Comer una buena tortilla de patatas y una escudella, y dormir en mi cama, que se agradece mucho. Aparte de ver a la familia, tenía muchas ganas de ver a la familia peluda, mis perros (Cas y Mina) y mis gatos (Cigró y Pinya).

¿Ha vuelto muy tocada?

Hoy estoy mejor, pero los dos primeros días me vino a ver el hombre del mazo y estaba totalmente KO. Al acabar el rally y bajar la adrenalina me vino un bajón total.

Decía antes de ir al Dakar que sería “un éxito llegar al final y encontrars­e bien”. ¿Es un éxito acabar el 11.º Dakar y hacerlo 17.ª?

Sí que es un éxito. Segurament­e en un año normal habría pensado en el

top 15, pero es muy difícil incluso en los años en que estás en plena forma. Es verdad que no he ido a mi ritmo normal y he estado más lejos de las posiciones habituales, pero no he tenido caídas, que es lo más importante. Me lo tomé con filosofía y me tuve que resignar un poco e ir tirando, y hasta donde llegara... Pero vistas las condicione­s con que iba, ya habría firmado este resultado. En el 2020 iba preparada y con la caída del segundo día acabé 18.ª.

¿Hasta dónde podría haber llegado si hubiera estado en unas mínimas condicione­s físicas?

En esta carrera eso del “y si...” no sirve. Es muy fácil decir que en un año normal habría sido 15.ª. ¡O quizá no! O quizá habría ido más rápido y habría caído... No me gusta hacer ficción. Me da rabia cuando lo oigo.

Había comentado que el 12.º del 2019 tenía más mérito que el 9.º del 2015 (su mejor resultado en el Dakar). ¿Y ahora, este 17.º?

Es diferente. Aquello era una cosa más deportiva. Y este 17.º, segurament­e, a nivel personal es la mejor victoria que he conseguido. La gente que me conoce y que me ha estado viendo estos meses sabe por todo lo que he pasado. Diría que es mi victoria personal más importante, por las condicione­s con que llegaba y los meses que he vivido.

¿Por qué este es el Dakar en el que más se ha emocionado?

Hace unos meses no me podía ni mover y tenía mucha incertidum bre. Me costó mucho tener el diagnóstic­o (de la enfermedad de Lyme). Muchos meses de no saber qué me pasaba, y me estaban pasando cosas muy raras. Estaba asustada. He ido al Dakar con el antibiótic­o en vena, sin entrenarme... Cuando llegué al final, que veía muy lejano, me salieron muchas cosas de los últimos meses. Me vino mucha flojera...

¿Durante el rally tuvo problemas físicos por la enfermedad? Con el antibiótic­o está todo bastante controlado, pero sigo cansada porque me deja muy chafada. En la carrera he notado sobre todo la pérdida de masa muscular, me empezaba a doler todo. Los brazos de ahora no son los que tenía antes.

No he sufrido tanto la enfermedad como las consecuenc­ias de estar tantos meses parada y encontránd­ome tan mal y tan floja. Hacer un Dakar sin haberse entrenado y chuparte 15 días de moto físicament­e es muy duro. Y en mi caso, más aún.

Suena mal, pero llevar 8 años en el top 20 ya parece normal...

Tiene mucho mérito acabar todos los Dakars (11), pero también hacerlo entre los 20 primeros los últimos 8 años. Hay muy pocos que lo hayan hecho. Cualquiera que haya corrido el Dakar en moto sabe la dificultad para acabarlo. Por eso los pilotos me felicitaba­n; saben lo difícil que es.

¿De qué no nos damos cuenta desde el sofá viéndolo por la tele?

El Dakar son muchos detalles: la tener que estar bien físicament­e para aguantar, el peligro que hay... Es muy fácil que una piedra te haga caer y te rompas una mano. Son muchos kilómetros. En el último enlace intenté contar los kilómetros hechos en los 11 Dakars...

¿Y cuántos le salían?

Unos 80.000; solo de especiales ya son unos 40.000. Muchos kilómetros como para que no te pase nada grave que te haga retirarte.

¿Se planteó abandonar?

Durante la carrera no, pero sí los días antes. Tenía muchas dudas. No sabía si valía la pena salir o no porque yo quería acabar todos los Dakars. No quería abandonar el segundo día por no encontrarm­e bien. Me daba miedo cómo me encontrarí­a. Sí que hubo días que se me hicieron largos y pesados, sobre todo las etapas de más de 300 km. A partir del km 300 empezaba a notar mucho la falta de preparació­n.

¿Pensó muchas veces eso de ‘no vale la pena venir a sufrir tanto’?

Hay momentos que sí. En la etapa de Neom me tocó salir detrás y comí polvo por un tubo. Era una etapa fea, con piedra, con mucho riesgo. Pensaba: “¿Qué estoy haciendo, jugándome la vida para qué?”. Hay momentos en los que no disfrutas.

Y llega al final, le dan un trofeo y 5.000 euretes como primera mujer. Y al primer hombre, Benavides, 50.000. ¿Discrimina­torio?

Sí, pero yo también cuento en la clasificac­ión final, también opto a ganar los 50.000 euros si lo hiciera lo bastante bien. La categoría de mujeres es una más. Lo vería más grave si haciendo el mismo resultado no me pagaran lo mismo. Pero es cierto que hay una gran diferencia; me gustaría que no hubiera tanta.

¿Y el año que viene, qué?

Ahora no pienso en el Dakar 2022, solo en recuperarm­e y en plantearme la nueva temporada, si haré algún trial, algún enduro, qué rallies...

¿Y qué le dice el corazón?

Si me encontrara bien, en un mundo ideal, me gustaría hacer algún trial, volver a hacer pruebas del Mundial, porque con Gas Gas tengo la opción y sería una cosa chula.

¿A por el 14.º título de trial?

No sé si estaría a la altura, pero se tendría que probar...

¿Correr el Extreme E le acerca la opción del Dakar en coche?

Es un buen paso, pero tiene el riesgo de no poder ver realmente si se me da bien o no porque son carreras muy cortas, hemos hecho un solo test y no habrá más... Pero correr en coche lo veo cada vez más próximo, y más viendo hacia dónde va el Dakar. Me queda energía y motivación para hacerlo bien en moto, pero no tengo muchas ganas de asumir más riesgos, que es el tipo de carrera de ahora: se ha convertido en un ‘a ver a quién tiene más narices de aguantar el gas’ y me cuesta. Ya llevo años, he visto muchas caídas y así tengo poco que hacer. Siendo así, me apetece más dar el paso a los coches.

¿Un par más en moto, o ni eso?

Si me preguntas en la etapa de Neom diría que cambio al día siguiente. Viendo el tipo de etapas de este año, que han seguido siendo muy rápidas, cambiaría más pronto que tarde. Depende de si tienes un proyecto. Pero es un cambio que empiezo a pensar. Ya no disfruto en este tipo de etapas, es un Dakar diferente al de Sudamérica, que se adaptaba mejor a mí. Ahora es muy de asumir riesgos y le voy cogiendo cada vez más respeto.

Vamos, que si le ponen un coche para el Dakar, ni se lo piensa...

Probableme­nte, no mucho.

EL FINAL DE UNA ETAPA

“El Dakar es un ‘a ver quién tiene más narices’. Siendo así, cambiaría a los coches más pronto que tarde”

LA EDICIÓN MÁS EMOCIONANT­E “Hace unos meses no me podía ni mover, no sabía qué tenía, estaba asustada; he corrido sin entrenarme”

EL MÉRITO DEL RESULTADO “Este 17.º puesto es mi victoria personal más importante, por las condicione­s con que iba”

VOLVER A LOS ORÍGENES “Este 2021 querría hacer pruebas del Mundial de trial... ¿Un 14.º título? Se tendría que probar”

 ?? MERCÈ GILI ?? Laia Sanz, en su casa, con el trofeo que la acredita como la primera mujer clasificad­a en motos en el Dakar 2021
MERCÈ GILI Laia Sanz, en su casa, con el trofeo que la acredita como la primera mujer clasificad­a en motos en el Dakar 2021

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