Redención
Les contes d’hoffmann
Intérpretes: John Osborn/arturo Chacón-cruz... Cor y Orq. Liceu
Dirección musical: R. Frizza
Dirección escénica: Laurent Pelly
Lugar y fecha: G. T. del Liceu. Reposición, coproducción con Lyon, San Francisco y Deustche Oper de Berlín. (18 y 19/I/2021)
Triunfó la única ópera de Jacques Offenbach en el Liceu gracias a una producción inteligente, un podio inspirado y un notable reparto. Es solo la sexta vez, en los 164 años de historia del Liceu, que se puede ver Les Contes d’hoffmann en su escenario, una rareza que merece la pena. Y con la vibrante labor del maestro Riccardo Frizza. Más allá de la generosa inspiración de la ópera, aportó nervio en los tempi, reforzó la teatralidad y hilvanó una lectura fluida y matizada, con un segundo acto arrebatador. La orquesta respondió con claridad, gran trabajo general con menciones al clarinete, flauta, fagot, trompas…más una cuerda homogénea con destacados solos de violín o chelo. El coro, dirigido con esmero por Conxita García, cantó admirablemente, pese a las mascarillas, durante las casi tres horas de ópera.
El día del estreno el tenor John Osborn articuló un protagonista con una línea de canto noble, agudos seguros y fraseo impecable. Bordó el aria de Kleinzach, su dúo con Antonia o su aria y dúo con Giulietta y solo mostró cierta pérdida de brillo que limitó su proyección. Marina Viotti fue una
Musa/niklausse idiomática y expresiva, de color idóneo y fraseo claro además de solvente actriz. El público premió ruidosamente a la soprano rusa Olga Pudova como Olympia gracias a una coloratura ajustada y unos sobreagudos notables pese a puntuales sonidos fijos o calados.
El triunfo femenino fue para la emotiva Antonia de Ermonela Jaho, puro sentimiento basado en un canto seguro lleno de líricos matices y piani marca de la casa. La voz que más impresionó fue la del bajo ruso Alexander Vinogradov, debutante en los cuatro papeles demoníacos, que destiló un instrumento espectacular por dominio de la tesitura, potencia, belleza tímbrica y proyección, un debut inolvidable. Atractiva Stella de Elena Sancho y discreta Giulietta de Ginger Costa-jackson.
En el reparto alternativo dominó el papel de Hoffmann el mexicano Arturo Chacón-cruz gracias a un fraseo encendido y un generoso registro superior. Enamoró la Musa/niklausse de Carol García con su aria del acto segundo y mostró la calidad de medios el bajo-barítono italiano Roberto Tagliavini, a falta de mejora expresiva. Destacar los nombres de Laura Vila, Francisco Vas, Carlos Daza o Roger Padullés entre el nutrido equipo de secundarios autóctonos. La producción de Pelly se transforma en un estimulante trampantojo teatral donde conviven las referencias estéticas e interpretativas a Freud, Murnau, Spilliaert o Hitchcock. Solo el Arte salva al poeta protagonista, una redención existencial más vigente que nunca en tiempos de pandemia física e intelectual.