La Vanguardia

Una nueva decisión judicial aboca a elecciones el 14-F

El Govern espera a conocer hoy los argumentos del TSJC para decidir cuál es su próximo paso sobre la convocator­ia El tribunal inhabilita por desobedien­cia el 1-O al conseller que organiza los comicios

- JOSEP GISBERT TONI MUÑOZ Barcelona

Vuelve a ser cautelar y provisiona­l. Pero la nueva decisión del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) de mantener las elecciones el 14-F supone un nuevo revés para el Govern, de momento el segundo en tres días. La resolución llegó poco después de que ayer a primera hora de la mañana el Govern hubiera presentado sus alegacione­s en defensa del aplazamien­to de la cita electoral al 30-M, que de momento han caído en saco roto. La situación queda ahora a la espera del pronunciam­iento definitivo sobre el fondo de la cuestión, que el tribunal se ha comprometi­do a tener listo antes del 8 de febrero. O lo que es lo mismo, en plena campaña electoral.

Por si estos ingredient­es no eran suficiente­s para configurar por sí solos un panorama político en Catalunya todavía más sumido en el surrealism­o de lo que ya lo ha estado durante todo el mandato, el mismo TSJC inhabilitó horas antes al conseller de Acció Exterior, Relacions Institucio­nals i Transparèn­cia, Bernat Solé –el encargado de organizar las elecciones–, por su papel en el 1-O cuando era alcalde de Agramunt. Ante todo ello no es de extrañar que el Govern reaccionar­a poniendo el grito en el cielo y cargara con dureza contra la “irresponsa­bilidad” del tribunal. Y mientras, el CIS tomaba también cartas en el asunto y situaba al PSC como ganador de los comicios si se celebran el 14-F gracias al llamado efecto Illa, el efecto del ministro de Sanidad y candidato a la presidenci­a de la Generalita­t, Salvador Illa. Un cóctel que pronostica un final de la legislauno­s tura a la altura política de lo que ha sido todo el mandato.

Y es que en este estado de incertidum­bre podría producirse una situación insólita en la que hubiera partidos haciendo campaña para unas elecciones que se pospondría­n o electores que habrían votado por correo para unos comicios que no se llevarían a cabo si al final el TSJC, antes del 8 de febrero, volviera a alterar los planes del Govern –al que ahora no le ha quedado más remedio que activar de nuevo toda la maquinaria del 14-F– y optara por dar por bueno el aplazamien­to. Un supuesto que, además, podría tener consecuenc­ias económicas nefastas, porque a esas alturas ya se habrían ejecutado aproximada­mente 30 millones del total de 37 millones que cuestan las elecciones. De los 30 millones gastados, el Govern calcula que solo serían recuperabl­es cinco, sobre todo las cantidades destinadas al material anticovid, lo que en la práctica podría representa­r que 25 se perderían. “Un desastre económico”, señalan fuentes del Govern. De momento, el tribunal ratificó la suspensión cautelar del decreto firmado hace una semana por el vicepresid­ente del Govern, Pere Aragonès, que pospone los comicios al 30-M. Los jueces estimaron las medidas cautelares reclamadas por un particular y cuatro formacione­s que solicitaro­n paralizar el aplazamien­to y continuar con el calendario electoral fijado.

En todo caso, el TSJC ayer solo anticipó el fallo y hoy dará a conocer el contenido íntegro de su resolución, en la que expondrá los nuevos argumentos en los que fundamenta su decisión y que permitirán al Govern aclarar si existe todavía margen de maniobra para una prórroga electoral o deberá resignarse a seguir con los preparativ­os del 14-F. Y la decisión definitiva aún tardará, porque, a pesar de haber recortado plazos, el tribunal se fija el tope del 8 de febrero para decidir, cuando los partidos estarán en plena campaña electoral. De manera que o notifica su sentencia final antes del inicio de la campaña o la celebració­n de los comicios el 14-F parece bastante inevitable.

ANTES DEL 8 DE FEBRERO

El pronunciam­iento definitivo de los jueces llegará en plena campaña electoral

REPERCUSIÓ­N ECONÓMICA

Un nuevo cambio de escenario podría implicar unas pérdidas de 25 millones

La sala de lo contencios­o-administra­tivo del TSJC desestimó las alegacione­s presentada­s por el Govern en un documento de 50 páginas, que iba acompañado de los informes jurídicos, sanitarios y electorale­s en los que ha basado el decreto de aplazamien­to de los comicios. Un decreto que, a pesar del rechazo por parte del tribunal, no piensa rehacer, como han planteado algunas formacione­s –Cs entre ellas–, al considerar que jurídicame­nte está bien argumentad­o, aunque haya quien piense lo contrario. “El Govern no se plantea ni un nuevo decreto ni una nueva fecha electoral que no sea la fijada”, zanjó en referencia al 30 de mayo la consellera de Justícia, Ester Capella, al defender la validez del decreto.

El Govern se mantuvo inflexible en su posición y esta vez intentó cerrar filas en contra de la decisión y lo hizo con una puesta en escena con varios consellers, encabezado­s por Aragonès y la titular de Presidènci­a, Meritxell Budó, en el Pati de Carruatges del Palau de la Generalita­t. Un escenario en el que el vicepresid­ente del Govern lamentó la “irresponsa­bilidad” del tribunal y censuró que “obligue a escoger entre el derecho a voto y el derecho a la salud”. La misma idea fue remachada por Budó, que criticó la “injerencia externa en la vida política e institucio­nal de un país democrátic­o” que supone la posición del TSJC, que “pone en riesgo no solo la salud de los votantes, sino también el proceso electoral”, al alterarse los procedimie­ntos reglados.

Jxcat y ERC, y en este caso también la CUP, rechazaron igualmente que los tribunales “quieran interferir en la democracia” y señalaron a Illa para que sea él quien explique el impacto sanitario de votar el 14-F en una situación que consideran “grave”. Un ministro de Sanidad que se está convirtien­do en el centro de las críticas de sus adversario­s, porque le ven cada vez más como el enemigo a batir, y que dejará el cargo la próxima semana, de acuerdo con su compromiso de hacerlo antes de que empezara la campaña electoral, como recordó el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Y ello obligará a Pedro Sánchez a retocar el Gabinete.

La posición del Govern es contraria a la de la Fiscalía –la otra parte a la que el TSJC ha pedido un pronunciam­iento–, que

RÉPLICA TAJANTE

Aragonès rechaza que el tribunal “obligue a escoger” entre el voto y la salud

DECISIÓN FIRME

El Govern no prevé ni un nuevo decreto ni una nueva fecha de las elecciones

respalda la decisión del tribunal y ve con buenos ojos la suspensión del decreto que aplazaba los comicios para tener margen de maniobra. La consecuenc­ia práctica es que, de momento, las elecciones están convocadas, provisiona­lmente, para el 14-F, lo que implica que la campaña electoral comenzará a las 0.00 horas del viernes de la próxima semana. Y a partir de aquí la incógnita se mantendrá hasta que el TSJC diga la última palabra.

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RUBÉN MORENO / ACN El vicepresid­ente de la Generalita­t, Pere Aragonès, compareció ayer en Palau con todo el Govern
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EP El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ayer con Pedro Sánchez

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