José Juan Figueiras
Portero del Alcoyano
Con sus intervenciones de mérito, José Juan (41) fue uno de los baluartes del Alcoyano, que eliminó al Real Madrid en la Copa. El veterano guardameta disfrutó del encuentro más especial de su carrera y ayer todavía estaba en una nube.
La mañana de ayer no empezó diferente para José Juan Figueiras (Vigo, 1979). Se levantó, despertó a los niños y los llevó al colegio, como de costumbre. Otra cosa fue cuando abrió la puerta de la calle y el resto de los mortales le recordamos que no era un día cualquiera. Ni aunque se hubiera esforzado habría sido capaz de omitir lo que había sucedido pocas horas antes. Él y sus compañeros del Alcoyano habían escrito una de las historias más sonadas de la Copa del Rey, un recuerdo ya imborrable para esos chicos y toda su afición.
Para eliminar al Real Madrid en una prórroga y con un jugador menos hay que tener mucha moral. También ilusión, piernas para soportar el vendaval blanco y, sobre todo, un portero que niegue el gol a figuras como Benzema, Marcelo o Asensio. “Cuando me tumbé en la cama pensé: ‘La que hemos liado’”, cuenta el experimentado guardameta a este diario. “En el momento que pitó el árbitro el final no éramos conscientes de la magnitud de lo que acabábamos de lograr”.
Las palabras de José Juan inspiran entusiasmo. Jamás hubiera imaginado que el partido más especial le llegaría con 41 años después de toda una vida dedicada al fútbol más modesto dentro del profesionalismo. Se considera un “obrero del fútbol”, feliz de haber vivido muchos ascensos a Segunda y alguno a Primera. Sin embargo, apear al Madrid de la Copa con un equipo de Segunda B es incomparable. “Esto es fútbol. Por eso es tan bonito”, resalta. La imprevisibilidad del actual formato copero da alas a los clubs humildes.
Josiño, como era conocido en el filial del Celta, debutó en Primera hace casi 18 años. Un golpe de fortuna le permitió saltar al campo de Balaídos durante 37 minutos en el empate contra el Racing. La oportunidad apareció porque expulsaron a Pablo Cavallero y José Manuel Pinto, ex del Barça, no estaba en el banquillo porque tenía la varicela. Sin embargo, estuvo disponible para la siguiente jornada, nada menos que contra el Barça en el Camp Nou, y Josiño se quedó en el banco. “Podía haberse recuperado unos días más tarde”, bromea el héroe inesperado de Alcoy. Jamás volvió a jugar un partido en Primera. Después de un largo periplo alternando la Segunda y la Segunda B, encontró la estabilidad en el Lugo y se afianzó en la categoría de plata. Allí coincidió con Setién, aunque ese vicio (y virtud) de jugar adelantado –le detuvo por abajo un mano a mano a Vinícius fuera del área– para cubrir la espalda de los centrales le viene de siempre.
Es extraño que en el fútbol actual todavía queden jugadores en activo con ídolos como Arconada. “También me gustaba mucho ver vídeos de Yashin”. El miércoles en El Callao conoció a otro gran portero como Courtois, quien le felicitó antes de partir. Se quedó con su camiseta. “Tuvo un gran detalle conmigo al acercarse”.
José Juan no vislumbra el final de su carrera. Disfruta del día a día, ahora más que nunca. No niega sentirse “abrumado” por el alud de mensajes en las redes sociales. “No puedo ni mirar el móvil. De mil seguidores he pasado a 40.000 en unas horas. Espero poder contestar a todo el mundo en unos días”. Preguntado por el ataque de euforia de su presidente, que tras el partido estaba dispuesto a ponerle un piso en la playa, asegura sonriendo: “Cuando todo esté más calmado le preguntaré cómo está el tema”.
FIGURA CONTRA EL MADRID
El portero vigués, que jugó su único partido en Primera hace 18 años, se considera un “obrero del fútbol”