Que los tire Dmitrovic
El Barça ha fallado cinco de sus últimos ocho penaltis
Ronald Koeman se removía en el banquillo. Miraba a un lado y a otro y no hallaba la solución. Se quejaba, renegaba, daba instrucciones, se levantaba y se sentaba. Desde allí asistía resignado a un hecho ante el que nada podía hacer. Porque lo que no le está permitido es ingresar sobre el césped y patear los penaltis. Si le hubieran dejado otro gallo le habría cantado a su equipo anoche en Cornellà. Seguro que no habría tenido que jugar su tercera prórroga seguida.
Porque Pjanic y Dembélé se sumaron a la ya nutrida lista de lanzadores del Barça que no aciertan desde los once metros. Anoche el bosnio y el francés convirtieron en protagonista al guardameta del Cornellà, Ramón Juan, de 21 años y natural de Sant Cugat, el primero de la historia que le detiene dos penaltis al Barcelona en un mismo partido.
El portero se añadió a Jaume Doménech (Valencia) y Claudio Bravo (Betis) como los arqueros que le han parado un penalti al Barcelona esta campaña.
El equipo blaugrana ha fallado cinco penas máximas de las doce que ha tenido este curso. La quinta que no fue a la diana le correspondió a Braithwaite contra el Eibar. El danés envió su disparo desviado. El Barça va cambiando de lanzador como en una ruleta pero no hay manera de acertar.
De los últimos ocho penaltis ha fallado los referidos cinco. Los encargados de marrarlos han sido Pjanic, Dembélé, Griezmann (Betis), Braithwaite y Messi (Valencia), en una jugada que terminó en gol, el día en que el argentino igualaba a Pelé como máximo realizador con una misma camiseta. El 10 no estuvo presente ni en Cornellà ni contra el Eibar, noche en la que Griezmann se escondió y no quiso asumir la responsabilidad, como tampoco lo hizo ayer en la Copa. El francés viene de fallar todos sus penaltis, tanto con Francia como con el Barça, desde que abandonó el Atlético.
Solo hace falta recordar que en la tanda de penaltis de semifinales de la Supercopa Griezmann chutó a las nubes cuando tenía en sus botas certificar el billete. Si se tiene en cuenta esa serie la cifra de penas máximas no anotadas se eleva a siete (tampoco acertó De Jong). Suerte ese día para los intereses blaugrana que Ter Stegen se agigantó para impulsar a su equipo hacia la final del torneo.
Se viene lamentando Koeman, con razón, de la poca eficacia rematadora de sus futbolistas en determinados partidos y si fallas hasta los penaltis todo cuesta el doble, el desgaste se multiplica y la acumulación de minutos puede pesar como un losa en una plantilla que no va sobrada de elementos y a la que le falta calidad en determinadas posiciones.
Curiosamente, mientras el Barça sudaba la gota gorda en Cornellà, en Eibar el portero del conjunto vasco, Marko Dmitrovic,
HISTÓRICO
Ramón Juan se convirtió en el primer portero que para dos penaltis al Barça en un mismo partido
cogía el balón con decisión, lo plantaba en el punto de penalti y chutaba para adelantar a su equipo contra el Atlético. Un lanzamiento seguro, inmaculado y preciso.
Engañó a su colega, el afamado Oblak, y enseñó la manera en la que se puede transformar una pena máxima con una tranquilidad pasmosa. Como la que demostró Luis Suárez para dar la victoria al Atlético.
Bien hará el Barcelona en meter el siguiente porque las psicosis no suelen ser para nada buenas compañeras.