Moral a prueba de bomba

El Barça también sufrió el carácter del Alcoyano

Cuatro temporadas estuvo en Primera el Alcoyano, entre 1945 y 1951. Ocho veces jugó contra el Barça: perdió siete y empató una. Pero le bastó para confirmar su moral indómita.

La leyenda del Alcoyano no tiene fecha de nacimiento. Varias teorías intentan darle sustento histórico (véase La Vanguardia del pasado 9 de enero), quizá la más sólida sea la que cuenta que en aquellos años en Primera, con el apoyo de las industrias locales de papel de fumar, el Alcoyano formó un buen equipo, un conjunto alegre, que jugaba al ataque sin importarle excesivamente ser goleado y que nunca se daba por vencido. Fue entonces cuando se cruzó hasta ocho veces con el Barcelona y en una de ellas…

El domingo 20 de enero de 1946 el Barcelona, vigente campeón de Liga, se presentó en El Collao. Era la decimosexta jornada (de 26), con el once blaugrana dirigido por Pepe Samitier. Se ventilaban dos puntos importantísimos para la revalidación del título y el Alcoyano, un recién ascendido, luchaba por la salvación. Pero ya se iba labrando su fama de equipo valiente, con moral a prueba de bomba.

Fue un desplazamiento épico, como muchos de aquellos tiempos. Con las carreteras bloqueadas por la nieve y un frío intenso, el autocar del Barça invirtió seis horas solo en el trayecto de València a Alcoi, a cuatro grados bajo cero.

Era la primera visita blaugrana y el lleno fue absoluto.

El Alcoyano se avanzó en el primer minuto, pero el Barcelona fue a lo suyo, se hizo con el dominio del partido y consiguió colocarse con un 1-3 favorable que, a media hora del final, parecía una renta sólida. No con el Alcoyano. Era aquel un gran Barça, el de los hermanos Gonzalvo, el de César, Mariano Martín y Escolà, el de Velasco bajo palos protegido por el dúo Elías-curta. Sans, Gamonal y el bullicioso Bravo completaban el once. Un equipazo. Pero la moral del Alcoyano no se dio por aludida y la reacción llegó con sendos goles, en los minutos 63 y 80, este último cuando el cuadro local ya se había quedado con diez por una lesión. Empate a tres. Un punto salvado por el débil. Un punto perdido por el Barça que aquella temporada tuvo que conformarse con ser subcampeón. En el recuento final le faltó… un punto. Con uno más, el del Collao por ejemplo, habría ganado la Liga.

¿Y el Alcoyano? Bajó a Segunda. Y volvió al año siguiente. Con la moral intacta.