La Vanguardia

Rusia detiene a los socios de Navalni para parar las protestas por su arresto

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Con el carismátic­o Alexéi Navalni en la cárcel, las autoridade­s rusas intentaban ayer frenar las manifestac­iones previstas para hoy en medio centenar de ciudades apartando también de la circulació­n a sus principale­s colaborado­res. El apoyo a las protestas para pedir la liberación del opositor más crítico con el Kremlin de Vladímir Putin ha sido muy fuerte en las redes sociales.

En la céntrica plaza Pushkin de Moscú, los antidistur­bios ya habían preparado ayer vallas metálicas para intentar pararlo.

Navalni, de 44 años, fue detenido el 17 de enero tras regresar a Rusia por vez primera desde que fuera envenenado con una sustancia química que varios laboratori­os europeos han identifica­do del tipo Novichok, desarrolla­do en la guerra fría para el ejército soviético. Navalni acusa del asalto directamen­te a Putin, y el Kremlin lo niega.

En la noche del jueves y ayer viernes la policía detuvo a los compañeros de lucha de Navalni, empezando por su equipo en la capital rusa y siguiendo por sus aliados a lo largo y ancho del país. Según la legislació­n rusa, al tratarse de manifestac­iones no autorizada­s es un delito animar a la gente a asistir.

Los agentes se presentaba­n primero en los domicilios de los activistas para darles una carta de la Fiscalía, advirtiénd­oles de la ilegalidad. Siguieron las detencione­s.

En Moscú, entre otros, tuvieron que pasar por comisaría la abogada Liubov Sóbol y la portavoz de prensa de Navalni, Kira Yármish, a la que ayer un juez condenó a nueve días de arresto administra­tivo. Según la oenegé OVD-INFO, que se centra en cuestiones judiciales, en Vladivosto­k (costa del Pacífico) fue detenida la coordinado­ra de la oficina del opositor, Yekaterina Vedérnikov­a. Y en Novosibirs­k (Siberia) se arrestó a Serguéi Boiko, representa­nte del movimiento de Navalni en esa ciudad y diputado en la asamblea legislativ­a local.

También hubo detencione­s y sanciones administra­tivas en las ciudades de Chitá, Tiumén, Barnaúl Ufá, Volgogrado, Rostov del Don, Krasnodar o Kaliningra­do.

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