La Vanguardia

El negocio de la operación Catalunya

Javier de la Rosa intentó sacar 20 millones de euros en fondos reservados

- CARLOTA GUINDAL

Tercer trimestre del 2012. En noviembre estaban previstas las elecciones en Catalunya. El independen­tismo empezaba a crecer y había temor a que Artur Mas ganara por mayoría absoluta. En ese marco, desde la Policía se creó lo que un grupo llamó la policía patriótica para buscar casos de corrupción entre dirigentes catalanes y frenar así al soberanism­o. Era una cuestión de Estado. Uno de los policías que se pusieron en primera línea fue José Manuel Villarejo, que después resultó implicado en asuntos turbios de corrupción policial y por lo que se encuentra en prisión desde noviembre del 2017. En ese escenario, varias personas decidieron sumarse al carro e intentar obtener rédito económico. Una de esas personas fue el empresario y abogado Javier de la Rosa, perseguido por la justicia en varios asuntos y quien fue enviado a la cárcel en 1994. Pensó que en la lucha del Estado conta el independen­tismo él podría colaborar. Eso sí, con 20 millones de euros por delante. En una serie de conversaci­ones mantenidas con Villarejo, y que este grabó y guardó, se desprende como el entones comisario le ofrece 9 millones de euros. De la Rosa acepta, pero quiere 250.000 euros por adelantand­o. Una vez recibiera el dinero, comenzaría a dar informació­n de manera inmediata, le promete en esta charla recogida en el sumario del caso Kitchen y a la que ha tenido acceso La Vanguardia.

Para abrir boca, De la Rosa ofreció un caramelo al comisario. Le relata como supuestame­nte él mismo llevaba maletas de dinero por una puerta que había detrás del despacho del entonces president Jordi Pujol. Dice que esas bolsas llenas de dinero se las dejaba al hijo del expresiden­t, que las metía en su coche. A este relato se le añadiría el de la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, quien, también asesorada por Villarejo, acabaría denunciand­o en la Audiencia Nacional como le acompañó a Andorra con bolsas de dinero en el maletero del coche. De hecho, esa denuncia fue el origen de la causa que, nueve años después, sigue abierta en la Audiencia Nacional a toda la familia Pujol, a la espera de que les lleven a juicio por un presunto delito de organizaci­ón criminal y blanqueo de capitales.

Esta conversaci­ón se produjo a finales del 2012. De la Rosa advierte a Villarejo que ya llegan tarde para las elecciones, que se celebraban en el mes de noviembre, con victoria de Mas.

Sin embargo, el empresario tenía más informació­n que repartir. De hecho, también disparó contra el expresiden­te y el exvicepres­idente del Gobierno José María Aznar y Rodrigo Rato –condenado por las conocidas como tarjetas black de Caja Madrid–, respecto de quienes dijo conocer y a quienes, según él, también había entregado dinero.

Si había dinero encima de la mesa, De la Rosa contaría lo que Villarejo necesitara. Le dijo conocer cuentas de Pujol en el extranjero e incluso le habló de la “bruja Avelina” a que el expresiden­te catalán decía acudir.

El empresario catalán llegó a relatar al entonces comisario de Policía que desde CIU se temía que él contara lo que sabía sobre la corrupción de la formación que pretendía la soberanía de Catalunya.

El empresario y abogado catalán dijo a Villarejo que él entregaba maletas a Pujol en la Generalita­t

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