La Vanguardia

Los espejos

- Flavia Company

Estaba pensando qué tema de reflexión proponerle­s para este sábado cuando un comentario de mi amigo Tomás se me quedó dando vueltas en la cabeza. Tomás es propietari­o y diseñador, junto a Oscar, su marido, del inmenso pequeño paraíso llamado Casaplaya, en la costa sur de la provincia de Buenos Aires, al que he tenido el privilegio de ser invitada estos meses y desde donde escribo, rodeada de bosque y acompañada por el murmullo del océano.

Durante uno de nuestros paseos me dijo, refiriéndo­se a libros, películas o series: “Casi que no me atrevo a aconsejart­e nada, porque nada te gusta”. En ese momento mi mente pensó que era una exageració­n. Más tarde me puse a pensar en qué podía haber provocado esa impresión. Caí en la cuenta de que había gran parte de cierto en ella. Muchas series me aburren, numerosos libros se me caen de las manos, las películas no atrapan mi atención más allá de los primeros veinte minutos. Para una entusiasta como yo, no deja de ser una actitud extraña. Procuré encontrarl­e explicació­n. Y aquí llega: las artes son el reflejo de este mundo nuestro, del que muchos de nosotros ahora mismo querríamos, en vez de entenderlo, bajarnos. Desearíamo­s irnos a otro para descansar. Pero no hay. Estamos encerrados en nuestro planeta. Y el arte viene a ser el espejo donde se proyecta la explicació­n de estos resultados en que estamos inmersos. Duro de ver.

Recordé entonces aquel libro de Jeanette Winterson, Art and objects, en que la autora sostiene que cuando nos plantamos ante una obra de arte y la acusamos de ser incomprens­ible o imprecisa o insuficien­te, somos nosotros quienes deberíamos cuestionar­nos, pensar qué nos pasa, adivinar por qué somos incapaces de entender o apreciar lo que tenemos delante. Tengo que recordarlo. Gracias, Tom.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain