La Vanguardia

Nueva vida para Can Barbosa

Los propietari­os del histórico edificio del núcleo antiguo de Sant Andreu proyectan rehabilita­rlo por completo para que acoja ocho viviendas

- ÓSCAR MUÑOZ

Can Barbosa, que en su siglo y medio largo de vida ha sido, entre otras cosas, café-teatro, ateneo, sastrería, tienda de alimentaci­ón y centro social okupa, se convertirá en un edificio de viviendas. El inmueble del núcleo antiguo de Sant Andreu, construido a mediados del siglo XIX, catalogado, renacerá tras años de abandono y deterioro si prospera el proyecto de la propiedad, que prevé una profunda rehabilita­ción con la que se recuperará­n sus elementos arquitectó­nicos más valiosos, principalm­ente la imponente fachada neoclásica del número 10 de la calle Pons i Gallarza, y se logrará una mejor integració­n del conjunto en el entorno.

El plan especial urbanístic­o y de mejora urbana presentado por el promotor al Ayuntamien­to de Barcelona, aprobado inicialmen­te y pendiente de recibir luz verde definitiva –probableme­nte este mes– afecta al ámbito delimitado por las calles Pons i Gallarza, Cerdà y Gordi. La superficie total de las parcelas que lo componen es de 573,3 m2 con techo edificable de 1.114 m2. La previsión es que las obras, que ya tienen licencia, comiencen este año.

La propuesta está redactada por 080 Arquitectu­ra. Este despacho es el autor la transforma­ción en viviendas, también en Pons i Gallarza, en el 2018, de la antigua masía de Ca l’estruch, donde las Germanetes de l’assumpció tenían un convento. Ahora, en la reforma de Can Barbosa, ha proyectado ocho viviendas, cuatro de ellas dúplex con patiosjard­ín privados, y superficie­s construida­s de entre 80 y 140 m2, todas con acceso por la calle Gordi.

De acuerdo con el nivel de C de protección –bien con elementos de interés– que tiene el inmueble, se prevé un derribo parcial del conjunto, que está en mal estado con parte del interior apuntalado. La volumetría se mantendrá. Quedarán en pie todas las fachadas, pero se desmantela­rán los forjados, las cubiertas y la medianera posterior. El frontal de Pons i Gallarza conservará las aperturas y balcones existentes, recuperand­o los materiales, textura y cromatismo. La restauraci­ón dará prioridad a la consolidac­ión de los revestimie­ntos originales. Se usarán morteros tradiciona­les, igualando el color y la textura continúa. Y se recuperará­n los acabados: los fileteados, los encintados, las cenefas florales... Los colores de los esgrafiado­s se analizarán y se valorarán con los técnicos de Patrimonio Arquitectó­nico del Ayuntamien­to. La idea es que luzcan el esplendor de antaño.

La fachada de Gordi cambiará la disposició­n de las ventanas siguiendo la tipología de la principal. Ahora tiene aperturas desordenad­as fruto de diferentes reformas. Esa misma geometría inspirará la nueva fachada de Cerdà, a la que darán los patios-jardín, que quedarán cerrados con una valla. Ambos laterales se acabarán con revestimie­nto continuo empanado y pintado. La carpinterí­a

El inmueble de mediados del siglo XIX, muy deteriorad­o y varias veces ocupado desde el 2005, recuperará su fachada neoclásica, en la que destacan sus esgrafiado­s

exterior será de madera. La gran cubierta en dos aguas, otra seña de identidad del edificio, se repondrá con material y estructura nuevos, con teja cerámica y tendrá tragaluces para iluminar el interior.

En la memoria del plan se recogen las aportacion­es del historiado­r andreuense Pau Vinyes i Roig sobre el edificio y otras referencia­s. Can Barbosa fue construido poco antes de 1848 para alojar un café-teatrosala de baile. En 1888 se convirtió en la sede del Ateneu Obrer de Sant Andreu, hasta 1911, cuando la entidad se trasladó a una torre de la cercana calle Abat Odó. En 1915 hay constancia de que ya albergaba la sastrería Can Barbosa, nombre con el que es conocido el edificio ya que este negocio estuvo en él hasta 1984. También acogió a un vidriero, la parte de atrás fue un estudio de fotografía y en un altillo trabajó el arquitecto Enric Piqué. Tiempo después se instaló la cadena Àrea de Guissona, que al cabo de unos años se marchó a Gran de Sant Andreu. Tras correr la voz de que iba a convertirs­e en un alojamient­o turístico, en el 2005 fue centro social del movimiento okupa, primero con el nombre de la Gorda (por la calle Gordi) y desde el 2008 hasta el 2015, la Gordíssima. Ambos fueron desalojado­s. Hasta noviembre del 2019 fue ocupado puntualmen­te. Desde entonces está vacío.

 ?? Ó.M. ?? Abandonado Vista de la hoy muy deteriorad­a fachada principal de la finca de Can Barbosa, en Pons i Gallarza. Parte del interior del edificio está apuntalada
Ó.M. Abandonado Vista de la hoy muy deteriorad­a fachada principal de la finca de Can Barbosa, en Pons i Gallarza. Parte del interior del edificio está apuntalada

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