Alma y referente
JORDI FÀBREGAS I CANADELL (1951-2021) Músico y dinamizador de la escena folk
La tarde noche del jueves nos golpeó la noticia del fallecimiento, a los 69 años, del músico Jordi Fàbregas a consecuencia de las complicaciones surgidas tras una intervención coronaria realizada hace un par de semanas. Ha desaparecido no tan solo un artista de trayectoria dilatada, brillante y de amplio espectro –fue cantante, guitarrista, compositor, graller...–, sino una figura esencial para entender la vitalidad de la escena folk en Catalunya, gracias a un activo compromiso que, entre otras cosas, le llevó a dirigir el festival Tradicionàrius desde sus inicios en 1988 hasta el pasado año 2020.
La trayectoria de Jordi Fàbregas
ha sido reconocida en numerosas ocasiones con distinciones como el Premi Nacional de Música en 1991, la Medalla d’honor de Barcelona en el 2006, y ya en el 2020 la Creu de Sant Jordi.
También con el cariño de las muchas personas que, al conocerse el traspaso del músico, expresaron su dolor en las distintas redes sociales, tanto desde el ámbito institucional como desde el artístico. Nacido en Sallent en el año 1951, como tantos jóvenes de su generación Jordi Fàbregas se sintió atraído a temprana hora por la canción francófona, y de modo muy especial por la obra de Jacques Brel. Su primer EP, editado por la casa Edigsa en 1968, incluía dos adaptaciones del belga además de un par de temas de cosecha propia.
En los años setenta funda con Ton Rulló y Miquel Estrada el grupo de canción Coses, que publicó tres álbumes entre 1976 y 1978, entre ellos el espléndido Via fora!.
A renglón seguido, y tras viajar por toda Catalunya a la caza de tesoros musicales tradicionales, Jordi Fàbregas se alía con Xavier Batllés y Pep Cabré en la orquesta de cuerda y púa L’harmònica Brava, con quien registra Lo poder del cant (1980). Más tarde interviene en el nacimiento de La Murga, grupo por el que desfilaron Saki Guillem, Eliseo Parra o Xavier Batllés, junto a más gente. Con esta formación editó cuatro registros entre 1981 y 1987. Precisamente una remozada La Murga había de encargarse del concierto inaugural del festival
Tradicionàrius de este 2021, actuación que no pudo realizarse debido a los problemas de salud de Jordi Fàbregas.
Aventuras posteriores como los fantásticos Primera Nota, con cinco trabajos, y más adelante El Pont d’arcalís –con aliados como Artur Blasco y nueve volúmenes publicados– complementan un bosquejo por la actividad artística de Jordi Fàbregas, que combinó lo estrictamente artístico con una incansable labor organizativa, ya sean los Saraus de Primavera iniciados en 1984, el nacimiento del mencionado festival Tradicionàrius en 1988 o la dirección del Centre Artesà Tradicionàrius entre 1993 y el 2020, así como la fundación de la Associació Cultural TRAM, Premi Nacional de Cultura Popular en 1996.
Quienes tuvimos el placer de tratarle en el ámbito profesional pudimos apreciar su gran categoría humana, capacidad para el diálogo y la voluntad de crear sinergias que pudieran fortificar y engrandecer la escena de la música tradicional.
Aunque tal vez toda esta actividad organizativa le apartó de los escenarios más de lo que él habría deseado, Jordi Fàbregas llevó a cabo su labor de agitación partiendo de un convencimiento expresado en las siguientes palabras divulgadas en un vídeo hecho público por la plataforma Actua Cultura: “La cultura abre las puertas del pensamiento y cierra el dogmatismo. Es creación, es innovación, es contraste de pareceres, es diálogo”. A ello consagró sus mejores capacidades, que no eran pocas.