Un jugador excepcional
El Barça siempre protegió y blindó a Ilaix Moriba, el tercer debutante de la era Koeman
Imagínate pisar juntos el Camp Nou al lado de Messi, Dembélé, Busquets y poder marcar. Ese es mi sueño y el de Ansu también”. Esta frase de Ilaix Moriba (Conakry, Guinea, 1993) la tienen muy presente los técnicos y responsables del fútbol base blaugrana. Contra el Cornellà, –aunque sin su amigo Ansu que sigue recuperándose de su lesión–, Ilaix Moriba tuvo el mejor regalo de sus recién cumplidos 18 años. “Se lo agradezco a Koeman. Yo voy día a día y me dicen: arriba o abajo. Voy a lo mío, mi equipo es el Barça B con García Pimienta, le estoy muy agradecido. También a Catena, Franc Artiga, Marc Serra... sin ellos no estaría aquí”, reconocía visiblemente emocionado.
“Lo mejor de Ilaix es la confianza que tiene en sí mismo y su mentalidad ganadora. Le da lo mismo que sea en el campo del Cornellà que el Bernabeu, no le asustan los escenarios”, señalan desde la secretaría técnica. No es para menos. Ilaix ha vivido muchas cosas. Nacido en Guinea, se marchó con su familia en busca de un destino más esperanzador. Con su hermano como referente, empezó a jugar en la cantera del Espanyol pero con 7 años pasó al Benjamín C del Barça. Duró muy poco, ya que rápidamente ascendió al Benjamín A de Marc Serra, uno de los artífices de su llegada al club junto con el director del fútbol base de entonces, Albert Puig. “Marc Serra me dijo que era el mejor del Espanyol y que teníamos que ficharle. Hablé con sus padres y todos acordamos su salida del Espanyol, donde jugaba en una categoría superior a la de su edad. Aun así les dije que quería que todos los chavales jugaran con los equipos de su edad. Cuando le vi en el primer entrenamiento, cambié en 10 minutos de opinión y lo subí al Benjamín A”, cuenta Puig.
Esta no es la única excepción que el Barcelona ha hecho con Moriba, que ingresó rápidamente en la Masia, donde le ayudaron a integrarse y le perdonaron más de una travesura. La secretaría técnica siempre vio en él una excepción. “Es un jugador con unas características físicas que recuerdan a Pogba, aunque su ídolo es Busquets. Es un atleta que a la vez entiende muy bien el juego de posición, por ello había que hacer un esfuerzo para renovarle”, dicen.
A nivel económico la entidad se saltó todos sus topes salariales para ampliar su contrato cuando cumplió los 16 años hasta 2022. En la gestión fue imprescindible el papel de Pep Segura, alentado por José Mari Bakero. “Tenía una oferta del City, cualquiera se habría ido pero todos hicimos un esfuerzo”, apuntan desde los pasillos del Camp Nou.
Desde hace un año vive con su familia en Santa Coloma de Gramenet, desde donde cada día se desplaza a la ciudad deportiva. Hasta que llegó la pandemia, compaginaba su pasión por el fútbol con otra de sus aficiones, la imagen. Siguiendo los pasos del exblaugrana Kike Saverio (ahora en Osasuna Promesas), Ilaix se apuntó a estudiar barbería, peluquería y gestión empresarial en la academia de Josep Pons. “Aprendía rápido. Es tan bueno con las manos como con los pies. A pesar de su juventud se preocupa mucho por su futuro. Al margen del fútbol incluso me habló de que su sueño es abrir una academia de peluquería”, señala Pons.
A nivel internacional tampoco le faltaron oportunidades. En 2019 se lesionó en su debut con la sub- 17, perdiéndose el europeo y también la Youth League blaugrana conquistada contra el Chelsea. Aquel golpe fue duro, pero Moriba se esforzó y se entrenó como nunca. No faltó en el Mundial sub-17 de Brasil. Su seleccionador, David Gordo, no tiene dudas: “Es un futbolista que será lo que él quiera. Aquí todos le quieren mucho, se lleva muy bien con Pedri, otro talento del Barça. Es extrovertido, participativo, en defensa ayuda y en ataque es determinante, un líder”. Justo lo que Koeman necesita en estos momentos.