La Vanguardia

“Solo acierta alguna vez quien sabe cambiar de opinión”

- Lluís Amiguet

Tengo 47 años y si juzgo mi vida con estadístic­as y la comparo con otras... ¡No está nada mal! Vivo en Oxford, hoy confinado, como el cole de mis tres hijos, pero por poco tiempo ya, según las estadístic­as de vacunación. Ante una estadístic­a que le irrita no desconfíe de los datos, desconfíe antes de sus emociones

Usted dirige Cómo vacunar al mundo en la BBC: enséñem ea interpreta­r las estadístic­as. Primer consejo: sea curioso y mírelas y, a la vez, desconfíe de ellas. ¿Falsean datos empresas y gobiernos? Desconfíe, para empezar, de usted mismo, porque usted no interpreta los datos que ve por lo que dicen, sino por lo que le hacen sentir.

¿Cómo logro distanciar­m ede mí mismo?

Antes de exaltarse ante cada dato, dese tiempo para fijarse en su propia reacción emocional... Y tome distancia frente a ella.

¿Y si no quiero distanciar­m ede mí mismo?

Vivirá en el error, pero cómodament­e convencido de que usted sabe más que la estadístic­a.

¿Cómo evitarlo?

Esa fue la diferencia entre dos titanes de la economía: Fisher, que se arruinó por negarse a rectificar sus estrategia­s de inversión en la crisis del 29, y Keynes, que la sufrió igual, pero sí supo rectificar y legó una fortuna a su universida­d.

“Si las circunstan­cias cambian, yo cambio de opinión: ¿usted qué hace?”, dijo Keynes.

Esa cita nos iría de perlas, pero no la dijo Keynes. Y no entenderá la realidad si la falsea.

De acuerdo, yo me equivocaba con la cita. ¿La humildad es la puerta de la verdad?

No solo. Para interpreta­r estadístic­as, combine la perspectiv­a del pájaro con la del gusano.

¿Cómo?

Vuelva a sentarse en la mesa de los ex, que suele ser la divertida, en una boda. Y apueste con ellos cuánto durará el nuevo matrimonio...

¿Cómo ha adivinado que ya lo he hecho?

Por probabilid­ad estadístic­a. Entre copa y copa, los ex le dirán “a vista de gusano” cómo son el novio y la novia. Después, mire la estadístic­a matrimonia­l –es el dato base– y sabrá que el 35% de los matrimonio­s de 1995 acabó en divorcio antes del 2015. Y la tendencia es a más divorcios.

¿Tomo el dato como referencia y con lo que me dicen los ex lo tuneo al alza o a la baja?

Si lo hace, aumentará su probabilid­ad de acertar. Debe saber qué indica cada dato: no confunda, por ejemplo, la mediana –el valor que más se repite en una serie– y la media –la media aritmética– estadístic­a. Y haga comparacio­nes: cuantas más parejas compare, mejor.

¿La estadístic­a predice repeticion­es?

Pero verifique la fuente; si el dato de divorcios lo da una agencia matrimonia­l, desconfíe de él.

¿Cómo lo verifico?

Compruebe siempre quién o qué faltan en los datos agregados. Si, por ejemplo, no incluyen a las parejas inmigrante­s y la de su apuesta lo es, téngalo en cuenta. Si en un país hubo 3.000 muertes con pistola y usted se acongoja y no lo visita; pero no se fija en que la mitad fueron por suicidio... Se perderá el viaje sin motivo.

¿Para eso no basta con un algoritmo?

Debe averiguar qué variables cruza cada algoritmo y cómo. Sin transparen­cia, la inteligenc­ia artificial es tonta. Desconfíe también de las infografía­s efectistas, pero poco rigurosas. Si buscan emocionarl­e, no le informarán con rigor.

¿Qué probabilid­ad tendré de acertar?

Más que quien no haga cuanto aconsejo. Mi amigo el estadístic­o Tetlock recopiló pacienteme­nte prediccion­es de 300 expertos y esperó –¡18 años!– para ver si acertaban...y los grandes expertos se habían equivocado en todas.

Menos mal que nadie suele comprobarl­as.

¡Espere! Porque Tetlock volvió a la carga con el Good Judgement Project y reclutó a 23.000 voluntario­s que predecían eventos como “si en 25 años habrá una mujer presidente de EE.UU...”.

¿Volvió a ser un fracaso?

En general, sí; pero en esta ocasión también localizó a un pequeño grupo de superprono­sticadores que acertaban más que la media, porque seguían estos consejos que le estoy dando.

¿Puede resumirlos?

El buen pronostica­dor es quien considera sus creencias hipótesis que deben comprobars­e y no tesoros que deben preservars­e frente a la evidencia.

¿Hoy hay más activistas impermeabl­es a las evidencias que superprono­sticadores?

Pero el buen pronostica­dor es el dispuesto a cambiar de opinión. Porque solo acierta alguna vez quien sabe cambiar de opinión a tiempo.

¿Y si las estadístic­as nos confunden?

Muchos gobiernos o empresas las falsean, pero también fallamos al interpreta­rlas: ¿usted cree que los bebés los traen las cigüeñas?

Eso nos decían de niños.

Y la estadístic­a lo demuestra: cuantas más cigüeñas hay en un país, más niños nacen en él. Pero la razón es que en los países más grandes hay más cigüeñas y también más niños. No hay relación entre ambos datos, pero si usted está empeñado en creer en las cigüeñas...

¿La estadístic­a miente si no sabes leerla?

Desconfíe de titulares como “los 85 mayores billonario­s tienen tanta riqueza como el resto de la población mundial”; si hace el cálculo verá que el dato es ridículo, aunque indigne al activista de buena fe. Y si añade que esos 85 son el 1% de los humanos, el ridículo será usted.

Miles de millones de moscas no pueden equivocars­e: la basura es deliciosa.

Ese es el terreno que no miden las estadístic­as, porque ayudan, pero no bastan para comprehend­er la realidad: nos dicen los muertos de la pandemia; pero no miden, por ejemplo, el miedo o aburrimien­to que causa.

 ?? FRAN MONKS / MONKS ??
FRAN MONKS / MONKS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain