Oposición a ampliar una carretera del Empordà
El proyecto inicial prevé la ampliación de la calzada en dos puntos y deja la puerta abierta a una variante en un futuro
El proyecto de ampliación de la carretera local GIV-6219 a su paso por Siurana, un municipio del Alt Empordà de apenas 170 habitantes, ha suscitado las quejas del territorio que la ve “sobredimensionada” e “injustificada” para un pueblo tan pequeño. La calzada, cuya anchura actual es inferior a los cinco metros, pasaría a tener siete metros, incluyendo los arcenes. El proyecto constructivo, aprobado en fase inicial en octubre, abre la puerta en un futuro a la construcción de una variante. La Diputación de Girona, titular de la vía, y el Ayuntamiento de Siurana (Tots per Siurana-acord Municipal) defienden la necesidad de ampliar la carretera, que conecta el pueblo con la C-31, y aducen motivos de seguridad y de adaptación a la normativa para ensanchar una vía que ven “insuficiente” para las necesidades actuales y futuras de los usuarios de la carretera. Según la memoria justificativa del proyecto, el tramo cuenta con una intensidad media diaria de tráfico de 591 vehículos.
Sin embargo, la plataforma Salvem Siurana, constituida para frenar el proyecto, pone en duda las cifras de intensidad de tráfico. “Los que vivimos cerca de la carretera raramente vemos durante el día más de 10/20 coches o tractores por hora”, afirman desde la asociación, que han presentado alegaciones al proyecto, que actualmente están siendo estudiadas. La entidad pide su retirada, un estudio de impacto e integración paisajística y la redacción de un proyecto nuevo que incluya ampliaciones puntuales que permitan a los vehículos apartarse en determinados puntos así como una vía verde para viandantes con un carril bici que una el pueblo de Siurana con el vecindario de Baseia, segregada de la carretera.
El proyecto inicial contemplaba la ampliación de la carretera, que tiene una longitud de 4,5 kilómetros, en dos puntos de unos dos kilómetros aproximadamente y dejaba en el aire la posibilidad de ejecutar en un futuro una pequeña variante a la altura del núcleo de Baseia con dos viaductos sobre los cursos fluviales que discurren por la zona, el Regatim y el Rec Madral. Una obra cuyo coste ascendía a 855.000 euros. Sin embargo, según el diputado delegado de la red viaria, Jordi Xargay, de aprobarse definitivamente el proyecto, solamente se ampliaría un tramo, el que une la C-31 con la entrada de Baseia, un recorrido que discurre por una zona agrícola y que obligará a expropiar terrenos. El coste de este tramo rondaría los 550.000 euros. Xargay descarta que se ejecute el tramo más polémico, el que discurre entre el vecindario de Baseia y el núcleo de Siurana, de menos de un kilómetro, ni tampoco la variante y que, según la plataforma, tendrían un fuerte impacto ambiental y paisajístico.
No obstante, la plataforma critica la “fragmentación” del proyecto. “¿Qué sentido tiene ampliar ahora solo un tramo?”, se preguntan los opositores, convencidos de que ese será solo el primer paso de una obra “desproporcionada” que se irá ejecutando por etapas. De ser así, Salvem Siurana teme que el municipio
La plataforma Salvem Siurana teme que la obra aumente el tráfico de camiones por el pueblo
acabe convirtiéndose en “un cinturón circulatorio” de paso permanente de camiones y por eso también piden en su escrito de alegaciones que se prohíba el tráfico de vehículos pesados. A diferencia de pueblos vecinos, Siurana sí permite el tráfico de camiones de un tonelaje inferior a las 16 toneladas. Aun así su alcalde, Jordi Soto, niega que Siurana se convierta en un lugar de tráfico permanente de camiones. En sus alegaciones, el Ayuntamiento pide una rotonda a la entrada del pueblo como elemento reductor de velocidad y que desvíe a los vehículos que se dirigen a municipios vecinos para que no crucen el núcleo.