Palma descarta viviendas y opta por el verde junto al mar
El icónico edificio de GESA, que preside la entrada a la ciudad desde el aeropuerto, se convertirá en un polo de innovación
Litigios cruzados durante años, reclamaciones millonarias, un oscuro episodio de venganzas político-empresariales y un edificio singular que seguirá en pie son los ingredientes de una historia que ha transformado un proyecto urbanístico de viviendas de lujo en la primera línea de Palma en un parque público. El Ayuntamiento de Palma y Endesa han firmado un preacuerdo para que la mayor parte de los terrenos en los que se ubica el icónico edificio de GESA, que da la bienvenida a la capital balear a quienes llegan desde el aeropuerto, sea por fin una zona verde, uno de los anhelos históricos de los vecinos.
Allí se hará un parque, que ocupará 21.500 m2 y, en paralelo, Endesa se suma al proyecto del Districte d’innovació del Nou Llevant, una iniciativa ambiciosa que busca transformar uno de los barrios de Palma en un polo de innovación, con el icónico edificio como mascarón de proa de las nuevas tecnologías. A cambio de esa cesión en primera línea de mar, Endesa obtiene un solar aledaño propiedad de Palma y 58.000 m2 de terreno en otra zona en segunda línea.
Hay que remontarse más de 15 años atrás para explicar cómo es posible que unos valiosísimos terrenos situados en primera línea de mar de la capital balear sean una pradera de hierba sin ningún valor ni interés. Allí tenía que levantarse una promoción de lujo de la constructora Núñez y Navarro. Para ello, toda esa fachada marítima tenía que convertirse en un solar vacío, lo que incluía la demolición del edificio de GESA, la actual Endesa, una construcción singular obra de José Ferragut y uno de los pocos ejemplos de arquitectura racionalista en Mallorca.
El proyecto se fue al traste después de que el Consell de Mallorca, en manos entonces de la poderosa política de UM, Maria Antònia Munar, aprobó declarar el edificio bien de interés cultural, lo que impidió el derribo y la ejecución del proyecto de construcción. A partir de ese momento comenzó un rosario de demandas cruzadas y de reclamaciones millonarias entre Núñez y Navarro, Endesa y al Ayuntamiento
Desenlace a un litigio que comenzó hace más de 15 años y que implicó a la constructora Núñez y Navarro
de Palma que culminó hace unos meses con la decisión de un juez de devolver a Endesa la propiedad del inmueble. Además de por su interés arquitectónico, la decisión del equipo de Munar se interpretó en su momento como una venganza contra Núñez y Navarro porque con antelación había denunciado una supuesta trama corrupta para que uno de sus rivales empresariales, Ramon Sanhauja, se hiciera con otros codiciados terrenos en Palma. Fue el origen del caso Can Domenge, que acabó con Munar y algunos de sus colaboradores en la cárcel.