La Vanguardia

La crisis impulsa el ‘sugar dating’, las citas por interés

- LORENA MONTÓN

“No vengo a buscar relaciones por el morro. Sé el porqué de esta página. Por tanto, si quieres, podríamos quedar un día, buscamos antes un acuerdo económico y vemos qué pasa. A partir de ahí… descubramo­s lo que puede pasar”. Este es el ejemplo del tipo de mensajes con los que Marta (nombre ficticio) se encuentra a diario en la web en la que se ha dado de alta y que pone en contacto a sugar daddys con sus posibles sugar babys.

Este tipo de relaciones, en las que una mujer joven busca el apoyo económico de un hombre bien posicionad­o a cambio de compañía (o algo más) llevan años existiendo. No obstante, la crisis económica derivada de la pandemia ha hecho que cada vez más mujeres, de todo tipo de perfiles, busquen en estos acuerdos una solución para poder llegar a final de mes, más como una forma de salir adelante que de establecer una relación real.

Marta es una mujer de 38 años que lleva desde septiembre sin trabajo. Dedicada al sector del turismo, empalmó un ERTE con la finalizaci­ón de su contrato el mes de junio y, desde entonces, no ha vuelto a tener trabajo. No tiene paro acumulado ni ahorros, así que se ha quedado sin ingresos económicos con los que subsistir. “Había oído hablar de los sugar daddys en algún reportaje, pero tampoco tenía muy claro cómo funcionaba, así que me puse a curiosear por internet y encontré algunas páginas donde se establecen ese tipo de contactos”, explica.

“Leí mucho sobre qué es lo correcto y qué no en este tipo de relaciones, sobre cómo exponer lo que busco sin parecer una prostituta y cómo identifica­r a quienes son realmente sugar daddys o simplement­e hombres que buscan sexo a cambio de dinero”, añade. Una vez resolvió las dudas que tenía, y al ver que no la llamaban para ninguno de los procesos de selección a los que se presentaba, decidió crearse un perfil en una de las webs.

“La verdad es que no tenía muchas esperanzas porque me veía un poco mayor. Por lo general, es algo que hacen chicas que están estudiando y que ganan poco dinero o quieren tener caprichos. No pensé que tras abrirme un perfil con mi foto y mi edad reales recibiría tantos mensajes de hombres dispuestos a hablar del acuerdo”, relata.

La línea que separa las relaciones sugar de la prostituci­ón es muy difusa. Las webs en las que se establecen este tipo de acuerdos, como Sugardaddy­españa, incluyen un amplio apartado informativ­o donde explican en qué consiste el sugardatin­g. “No son relaciones de ‘yo te doy 200 euros por hacer X’, son relaciones de apoyo en las que se llega a un acuerdo. La chica recibe una ayuda y ellos salen con ellas como si fueran su pareja. El sexo es algo que queda aparte y es una opción, sí, pero en la cual tienen que estar los dos de acuerdo”, detalla Pablo Romero, webmaster del portal.

En nuestro país, a diferencia de otros países europeos o Estados Unidos, sigue sin estar claro qué es realmente un sugar daddy. “En España es un concepto que no está muy arraigado, aunque poco a poco va habiendo más cultura al respecto. Hay muchos mitos, ya que mucha gente dice que es prostituci­ón encubierta, pero la verdad es que no tiene nada que ver”, aclara el emprendedo­r, que puso en marcha su web en el 2017.

“Se trata de una relación a largo plazo entre un hombre maduro y económicam­ente solvente y una chica a la que le gustan los hombres maduros. Hay chicas universita­rias y de 25, 30 y 35 años a las que les gustan los hombres de 45 y 50, y son felices así, igual que a otras les gustan los cachas o los hippies”, añade.

Marta señala que “es importante saber dónde están los límites” a la hora de llegar al acuerdo: “Eres tú quien decide siempre. Se trata de una negociació­n en la que la base no es el sexo sino el respeto. Ellos ofrecen dinero a cambio de una persona que esté disponible para salir a cenar, al teatro, a tomar una copa e incluso para viajar, a cambio de dinero. Claro que se producirán encuentros íntimos, pero no siempre que se quede. Ahí está la clave y lo que muchos de ellos te dicen: ‘No tienes que hacer nada que no quieras’”.

Pablo Romero, que ha estudiado a fondo el mercado de las relaciones sugar antes de montar su propia red social, define a los usuarios de estas páginas como “hombres de clase media-alta o alta que trabajan muchísimo, dedican 24 horas a su negocio, y a los que en algunos momentos les apetece sentirse personas y salir con alguien. Aunque no lo parezca, hay muchos hombres de poder adquisitiv­o alto que están muy solos”. Pero, ¿y qué hay de las chicas? ¿Son todas jóvenes universita­rias, como se tiende a pensar?

“Por lo general son mujeres jóvenes estudiante­s o de 25 a 30 años, cultas, que tienen conversaci­ón”, explica el responsabl­e de Sugardaddy­españa que reconoce que, en los últimos meses, ha habido un cambio en el perfil de chicas que se dan de alta en este tipo de webs. “Sí que he notado una subida en los perfiles de más edad, entre 30 y 35 años. Si antes había más de 25, ahora entran más entre 35 y 40 años, o

La línea que separa las relaciones entre ‘sugar daddys’ y ‘sugar babies’ de la prostituci­ón es muy difusa

“Hay chicas jóvenes a las que les gustan los hombres maduros igual que a otras les gustan los cachas o los hippies”

incluso más mayores”. La razón no está constatada por Romero, pero reconoce que la pandemia ha influido en este cambio.

Ese es el caso de Julia (también nombre ficticio), una mujer de 40 años residente en València, que ha comenzado hace pocos meses la aventura de ser sugar baby. “Llevo más de un año sin cobrar el paro y las ayudas que he solicitado no me han llegado. Una amiga me habló de este mundillo y aunque al principio sentí reticencia­s, he acabado apuntándom­e”, explica.

“De momento tengo a dos sugar

daddys, uno me da 280 euros por encuentro y el otro 200. Salimos a cenar o quedamos para compartir una buena conversaci­ón. El sexo no ocurre siempre aunque es algo intrínseco en la negociació­n y, al final, se acaba dando”, relata esta nueva

sugar baby, que confiesa que gracias a estos ingresos, los únicos que percibe, puede afrontar el alquiler y la cesta de la compra mensual. “Nunca pensé que acabaría haciendo esto. Es inevitable, sobre todo al principio, sentir que estás acostándot­e con alguien por dinero y eso, por cultura, te hace sentir mal. Pero si das con un sugar daddy de verdad, esos pensamient­os se borran, porque la relación que estableces va más allá”.

Como apuntaba Pablo Romero, en España no hay mucha cultura de este tipo de relaciones y eso hace “que vayan más a saco que en otros países. Hay muchos usuarios que buscan relaciones esporádica­s y la verdad es que me paso el día eliminando perfiles que no se ajustan a lo que mi web ofrece”. De eso ya se ha dado cuenta Elisa, que a sus 37 años se ha dado de alta en otra de las webs de sugardatin­g existentes para encontrars­e con proposicio­nes de todo tipo.

“Me han entrado muchos tipos preguntand­o directamen­te qué es lo que hago en la cama y qué no, como si fuese la carta de un restaurant­e”, confiesa entre risas después de haberse llevado alguna que otra sorpresa. “Me han pedido desde tríos a hacerlo en lugares públicos, e incluso matrimonio a largo plazo. Aunque el que más me marcó fue el que quería que le insultara, le pegara y que le dejase atado en una habitación de hotel mientras yo me iba de compras. Suena surrealist­a, pero es real”, asegura.

Elisa se dedica al sector de los eventos y, desde marzo del 2020, y debido a la pandemia, no ha cobrado casi nada. “He ido tirando de ahorros, pero el dinero se acaba, así que busqué en Google informació­n y encontré esta forma de salir adelante por el momento”, explica.

“Cuando empezó la pandemia, las búsquedas en España de la palabra sugar daddy pasaron de 15.000 a 25.000 al día”, asegura Romero. “En marzo del 2020, las búsquedas estaban en 17.000, en abril pasaron a 24.000 y en mayo a 30.000. En el periodo de junio, julio, agosto y septiembre, la media fue de 41.000 visitas al día”, añade.

No obstante, también es cierto que con las restriccio­nes existentes para evitar la propagació­n de la covid, establecer relaciones sugar se ha vuelto más complicado. “Me he sometido a varias PCR para asegurarme que estaba sana, todas ellas pagadas por los sugars. En mi caso, es primordial”, confiesa Marta.

Una de las preguntas clave está en la cantidad de dinero que se puede conseguir con estos acuerdos. “Depende de lo que negocies”, explica Julia. “Pueden pagarte por cita o bien una cifra redonda al mes. Yo suelo empezar con citas por las que saco entre 180 y 300 euros. Si la cosa fluye, acabas negociando lo que sería un sueldo. Depende de la generosida­d del sugar”.

Pero como ocurre en todo tipo de mercado, cuando aumenta la oferta los precios también bajan. “No es tan fácil encontrar a un sugar”, apunta Romero. “En estos momentos hay uno por cada 25 candidatas. Que la gente no piense que esto es llegar y encontrar a un hombre que te pasee en su cochazo, esto implica mucha paciencia y esfuerzo”. Marta, Julia y Elisa están de acuerdo. “Varios hombres me han comentado que en los últimos meses han aparecido muchísimos perfiles nuevos”, explica Marta. “Y muchas de ellas dispuestas a hacer de todo por unos cuantos euros”.

“Me han entrado muchos preguntand­o qué hago en la cama y qué no, como si fuese la carta de un restaurant­e”

Con la pandemia, las búsquedas en España de ‘sugar daddy’ pasaron de 15.000 a 25.000 al día

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El enlace. El contacto se establece en webs especializ­adas en este tipo de relaciones, que desde el mes de marzo del 2020 han visto incremento­s notables de tráfico
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LLIBERT TEIXIDÓ
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otros países. Alyssa Ramos, 20 años, de Wisconsin: ha viajado por todo
el mundo con los gastos pagados por hombres con los que contacta en la red
BARCROFT MEDIA / GETTY Casos mediáticos en otros países. Alyssa Ramos, 20 años, de Wisconsin: ha viajado por todo el mundo con los gastos pagados por hombres con los que contacta en la red
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nunca antes de mediodía, que compra en las mejores tiendas de Londres y que cada semana se permite comprar un bolso nuevo
BARCROFT MEDIA / GETTY Simo Toon. Esta británica reconoce que no se levanta nunca antes de mediodía, que compra en las mejores tiendas de Londres y que cada semana se permite comprar un bolso nuevo
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regulará su relación
En España. En las web dedicadas, hombres y mujeres establecen los términos del ‘acuerdo’, como se dice en el argot del ‘sugar dating’, que regulará su relación

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