Dueños del derbi
El Girona frustra al Espanyol al ganar también el duelo de Montilivi
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El Espanyol es ahora colíder junto al Mallorca y el Girona vuelve a soñar con el playoff de ascenso
Si el derbi celebrado en Montilivi se repitiese cien veces, probablemente ganaría el Espanyol en buena parte de ellas. Porque los de Vicente Moreno, líderes de la categoría, fueron muy superiores a los locales y dispusieron de innumerables oportunidades para llevarse el triunfo, pero terminaron desquiciados por su falta de puntería. Nada les sirvió ante un Girona ejemplo de concentración defensiva, personificada en un heroico Juan Carlos, y de pericia para aguantar el gol de Pablo Moreno en el primer tiempo.
El líder llegó a Montilivi con la intención de ajustar cuentas con un Girona que ha sido el único equipo capaz de ganar en Cornellà, pero se marchó frustrado, con un nuevo derbi perdido y con el liderato comprometido. El Girona, que llevaba cuatro partidos sin ganar, supo sufrir, resistir al torrente ofensivo poco calibrado de los pericos, y disponer de la fortuna necesaria en los momentos importantes. El resultado les permite volver a acercarse a los puestos de playoff.
Desde el inicio se sintió superior el Espanyol, más dominador y con mucha pólvora en el once, con De Tomás, Puado, Melamed y Embarba. La ofensiva perica no se hizo esperar y se fue recrudeciendo con el paso de los minutos. De todas las formas lo intentaron, con hasta cuatro remates claros dentro del área y un disparo al palo en el primer tiempo. Pero Juan Carlos y una zaga avezada frustraron a los visitantes una y otra vez.
El Girona no le perdió la cara al partido y supo aguardar su momento para asestar el golpe. Francisco planteó el partido a la contra, pensando en aprovechar la velocidad de Samu Saiz y Pablo Moreno. No le defraudó su equipo, que sacó todo el rédito posible a una de las pocas opciones de que dispuso. Sucedió a cuatro minutos para el descanso, en una jugada repleta de carambolas que dejaron a Pablo Moreno solo delante de Diego López. El extremo no perdonó con un disparo cruzado para comenzar a tumbar al líder.
El segundo tiempo comenzó como terminó el primero. Calavera salvó sobre la línea un disparo de De Tomás. Inclinó más si cabe el campo el equipo perico sobre la portería de su rival y disfrutó de otros tres remates francos que también se fueron al limbo. Fallar una vez tras otra les causó una enorme ansiedad que ayudó al Girona a vivir con más tranquilidad los últimos minutos.
Después de cuatro partidos sin ganar, los locales encontraron en el Espanyol al mejor reanimador posible. Los blanquiazules encajan la cuarta derrota a domicilio, quizás inmerecida, pero igualmente reprochable.