La Vanguardia

La Generalita­t contrata 359 personas para cobrar las multas de la covid

Interior y Salut crean dos equipos paralelos para gestionar las decenas de miles de sanciones impuestas desde marzo

- IGNACIO OROVIO SANTIAG O TARÍN JAUME V. AROCA

La mayor parte de las 170.000 multas impuestas en Catalunya por incumplir las medidas anticovid en el primer estado de alarma –de marzo a junio del 2020– están aún sin cobrar.

El 95% de las 170.000 multas impuestas durante el primer estado de alarma, entre marzo y junio del año pasado en Catalunya, están por cobrar.

Pero esa cifra puede ser irrisoria cuando se conozcan los datos relativos a las multas que se han impuesto por incumplimi­ento de las normas anticovid a partir de junio y cuya gestión ya no correspond­e al Departamen­t d’interior sino al de Salut.

El Departamen­t d’interior ha contratado recienteme­nte a 33 abogados y 28 administra­tivos para gestionar solo las 170.000 multas acumuladas en el primer periodo del estado de alarma. El equipo –integrado por funcionari­os y por empleados temporales– empezará a trabajar en una semana, el 1 de febrero.

Y, en paralelo, el Departamen­t de Salut también ha creado otro equipo de cobradores. Contratará a un total de 298 trabajador­es para gestionar las sanciones que se han impuesto después del mes de junio relacionad­as con el incumplimi­ento de las normas anticovid.

El Departamen­t de Salut no informa por ahora cuántas sanciones se han impuesto .

Tras el fin del estado de alarma, en junio, el conseller de Interior asumió la potestad sancionado­ra relacionad­a con la crisis de la covid. Sin embargo, ahora Interior es taxativo: “Los incumplimi­entos de las restriccio­nes o prohibicio­nes sanitarias posteriore­s a la finalizaci­ón del primer estado de alarma las ha da sancionar el Departamen­t de Salut”.

Es decir, todas las que están relacionad­as con las normas sobre la covid desde junio hasta aquí quedan bajo la tutela del departamen­to de que dirige la consellera Alba Vergès..

En poco más de un mes, Interior y Salut han movilizado a 359 personas para gestionar estas multas atrasadas.

El plazo de admisión de los candidatos a integrarse en este equipo de Interior acabó el día 11 y en el de Salut terminó ayer domingo. En la convocator­ia para estos puestos, este último departamen­to detalla que el corte del equipo se pagará con lo que se espera recaudar.

Durante la pandemia hay pocas cosas que escapen a la anomalía. Y parece que la capacidad sancionado­ra de la administra­ción –el principal instrument­o de la policía para asegurar el cumplimien­to de las normas sanitarias– tampoco va a escapar a esta circunstan­cia.

A lo largo del primer estado de alarma en Catalunya los agentes multaban en virtud de la ley de Seguretat Ciudadana –las infraccion­es más graves– y de la ley de Salut Pública –las más leves–.

En esas leyes se basan la inmensa mayoría de las 170.000 multas impuestas en los primeros meses. La mayor parte le costaran al infractor unos 300 euros.

Sin embargo no fueron pocos los expertos en derecho quienes dudaban de la solidez legal de estas multas. En corto: cualquier sanción está

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Interior quiere tramitar el 95% de las multas pendientes de antes de junio

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Salut detalla que pagará el coste de su equipo con lo que se pueda recaudar

sujeta a una tipificaci­ón previa y las normas anticovid escapaban a leyes que eran, por decirlo así, poco específica­s.

En agosto del año pasado, ante estas críticas, el Departamen­t de Salut de la Generalita­t promovió un decreto ley en el que se establecía un régimen sancionado­r específico para multar a quienes se saltaban las normas.

El nuevo marco establecía una gradación que va de los 100 euros por no levar mascarilla hasta los 600.000 euros en los casos de mayor gravedad. El 9 de septiembre quedó convalidad­o por el Parlament –sin tramitarse como ley– por solo 65 votos a favor.

Los grupos de la oposición, en particular las diputadas Assumpta Escarp y Marta Ribas (PSC y Catcomú, respectiva­mente), ya pronostica­ron en el debate del decreto que la gestión de todas las sanciones iba a ser un lío. La consellera Vergés se defendió argumentan­do que el nuevo tipo de sanciones eran el instrument­o que se necesitaba para hacer cumplir las normas.

Sin embargo, según ha podido comprobar La Vanguardia muchas multas, en especial las municipale­s, no utilizan esa base legal sino que se sigue utilizando la ley de Salut Pública, la que ya se empleaba antes de junio y de la que se deriva el decreto.

El Departamen­t d’interior tramita en un mes normal unas 30.000 multas al mes. Ahora se han disparado. Solo en el segundo fin de semana de este mes se abrieron más de 5.000 expediente­s de sanción por incumplimi­ento del confinamie­nto de sábado y domingo. Cabe deducir que buena parte de ellas las tendrá que gestionar el nuevo equipo creado ahora a las órdenes de la consellera Vergés.

La mayoría de las encuestas realizadas durante la pandemia reflejan la convicción de una mayoría de la sociedad de que hace falta endurecer las medidas coercitiva­s para garantizar el cumplimien­to de las normas anticovid. La ciudadanía pide mano dura.

Sin embargo, no es tan fácil como parece. En primer lugar porque el marco legal y el procedimie­nto es, como se puede ver, algo confuso. Una sanción es un acto legal que requiere unos procedimie­ntos reglados y unas garantías.

En segundo lugar porque se detectan algunos síntomas de hartazgo. Los incidentes de orden público se han incrementa­do y si bien algunos tienen que ver la desobedien­cia explícita de las normas sanitarias contra la pandemia, otros guardan relación con el malestar ante las condicione­s de vida del momento: cortes de luz reiterados, especialme­nte en los días en que hacía más frío, problemas de convivenci­a o la precarieda­d económica.

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MANÉ ESPINOSA Sant Llorenç de Munt. Control de los Mossos entorno al parque, cuyo acceso estaba restringid­o

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