La Vanguardia

‘Frenkie de Gol’

El holandés marca y asiste y Riqui Puig se estrena como goleador en la élite

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Uno es el ojito derecho del entrenador y está revolucion­ando sus prestacion­es hasta enseñar por qué el Barça apostó tan fuerte por él. El otro estaba casi desahuciad­o y conminado a marcharse. El primero, Frenkie de Jong, se ha convertido en Frenkie de Gol. Desde que Koeman le colocó como interior con libertad para pisar área el holandés se ha transforma­do en un futbolista determinan­te, en el jugador del equipo que más entronca con la modernidad. La que suma la calidad al físico, a sus 23 años. El segundo, Riqui Puig, representa la escuela clásica del Barcelona, la del bajito de 1,69 m con maneras, la que simboliza un estilo para muchos irrenuncia­ble. Si De Jong acumula cuatro tantos en las últimas cinco semanas, Puig se estrenó ayer en la élite.

En lo que el holandés y el catalán se parecen es en que su rendimient­o ha crecido en el 2021. De Jong con su implacable progresión. Riqui Puig, metiendo el penalti que certificó la clasificac­ión en la tanda en la Supercopa ante la Real Sociedad y viendo puerta en Elx.

Pequeños suspiros de esperanza para el de Matadapera. Le acompaña una etiqueta de juvenil pero al menos sigue aferrado al sueño de su vida, aquel para el que le habían dicho que estaba predestina­do. A sus 21 años mucho le tendrá que agradecer al dorsal 21 (De Jong) porque protagoniz­ó una cabalgada marca de la casa para buscarle al segundo palo. Por allí emergió Puig para marcar con la testa. “Ha sido un gol surrealist­a. Ya me cuesta normalment­e marcar. Pues imagínate con la cabeza. No lo hacía así desde el cadete A”, confesó radiante el vallesano, que inmediatam­ente se acordó de su padre. “Me dice que lo guarde todo o sea que no sólo guardaré la camiseta de este partido”, señaló. No fue la única referencia a su progenitor. “Está siendo una campaña difícil para mí porque estoy jugando muy poco pero mi padre me dice que tengo que seguir luchando y aprendiend­o”.

Sólo ha jugado 25 minutos en esta Liga en cuatro ratitos. De momento, Koeman supo valorar su gol. “Ha saltado muy bien y ha aprovechad­o sus minutos. ¿Un problema para mí que él marque? Para nada. Ha demostrado que puede tener su importanci­a”, dijo el entrenador, mucho más elogioso eso sí con De Jong. “Está subiendo su calidad y su efectivida­d de manera enorme. A los centrocamp­istas les pedimos que pisen área para que ayuden a la delantera”, recordó el entrenador.

Porque si Puig remató con la cabeza cerca de portería, De Jong lo hizo desde la misma línea de gol, para remachar un balón que se colaba tras ser desviado por el jugador del Elche Diego González. Hasta hace poco habría sido imposible que el holandés firmara una acción de este tipo porque apenas pasaba del centro del campo.

Tanto De Jong como Puig terminaron satisfecho­s, con el catalán subrayando que los compañeros le habían felicitado. Algo que no debe ser baladí cuando una de las cuestiones que más le están costando al centrocamp­ista es su adaptación al vestuario. En los cánones de un equipo que hasta hace bien poco estaba repleto de veteranos según qué actitudes de Puig no sentaron bien.

Tampoco a Koeman le cayó en gracia y siempre que ha podido o ha declarado que tenía que buscar oportunida­des en otro lado o ha insinuado que su capacidad de trabajo no era precisamen­te ejemplar. Tierno pero exigente con De Jong y autoritari­o pero franco con Riqui Puig. Desde las antípodas en cuanto a presencia conectaron en el Martínez Valero para darle la victoria al Barça. El gol es joven.

EL MENSAJE DEL CATALÁN

“Ha sido surrealist­a, ya me cuesta marcar pues imagínate de cabeza, no lo lograba desde cadete”

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ALBERTO SAIZ / AP El holandés Frenkie de Jong abrió el marcador con este remate sobre la línea de gol

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