Vuelve el CENTROCAMPISMO
El Barça recupera señas de identidad gracias a la influencia de De Jong, Pedri y Riqui Puig
Ilusión, felicidad, descontaminación, sonrisas, optimismo, júbilo, aire fresco, creatividad, diversión... Todo eso transmiten Frenkie de Jong, Pedri y Riqui Puig cuando tienen la pelota en los pies. Solo hay que mirarles para entender que por ellos pasa el futuro del Barcelona, que si hay que pasar página y cambiar la dinámica, nadie mejor que ellos para recuperar las esencias. Tienen calidad pero sobre todo son inteligentes, leen los partidos, dan velocidad a la pelota y juntan al equipo. Y son jóvenes: 23 años el holandés, 18 el canario y 21 el de Matadepera, con cara de niño. Con la confianza de Koeman, se sienten importantes y gracias a su influencia se dominan mejor los partidos.
Después de dejarse deslumbrar por el tridente, del paso atrás con el 4-4-2 con Valverde, de la idea fija del doble pivote de Koeman, el Barcelona recupera el centrocampismo como seña de identidad.
De Jong vuelve a jugar libre, desinhibido, tomando riesgos, sobrado, con conducciones. Como en el Ajax. Pedri tiene la capacidad de imaginar que está peloteando con su hermano, Fernando, en Tegueste mientras se deshace de defensas o inventa pases de tacón. Como por arte de magia se olvida de que hay millones de ojos mirándole por la televisión. Riqui Puig lleva años en la cantera, se ha criado en el estilo, cree más que nadie en el pase y está dispuesto a luchar contra viento y marea por su sueño de triunfar en el
Barcelona. Si además marcan goles, miel sobre hojuelas. Aunque no es su misión principal, al entrenador le gusta que los centrocampistas lleguen. En el Martínez Valero (0-2) marcaron por primera vez este curso dos centrocampistas. La temporada pasada solo hubo un partido en que se dio la misma circunstancia. En el Villamarín marcaron De Jong y Busquets. En cambio, en la 20182019 no hubo ningún caso, pese a que Valverde contaba con buenos rematadores como Rakitic o Vidal.
Koeman cambió el esquema y jugó con dos interiores contra la Real Sociedad en el Camp Nou (2-1). Y el Barça se reconoció enseguida jugando con De Jong y Pedri cerca de Busquets, que el domingo será baja por sanción. El funcionamiento acabó de ser redondo cuando en San Mamés, el técnico situó a Messi de falso nueve. Como las casualidades no existen: contra los donostiarras llegó el primer gol de De Jong. Han pasado un mes y una semana y el holandés ya lleva cuatro dianas y dos asistencias.
Hubo un tiempo que el centro del campo del Barcelona era tan bueno que era casi el centro del mundo. Xavi Hernández fue tres años seguidos tercero en el Balón de Oro (2009, 2010 y 2011). Andrés Iniesta fue plata en el 2010, bronce en el 2012 y cuarto en el 2009 y el 2011.
El de Terrassa y el de Fuentealbilla, junto a Busquets, eran tan precisos que varios futbolistas optaron por marcharse para no vivir a su sombra. Touré fue el primero en el 2010. Keita también dio un paso al lado (2012). Thiago se fue al Bayern buscando hacerse su propio nombre (2013). Algo parecido ocurrió un año después con Cesc, que no encontraba su puesto.
Para sustituir a los dos capitanes, la secretaría técnica fue dando tumbos, incorporando a Arda Turan, André Gomes, Paulinho o Arturo Vidal que no se parecían en nada. Ni siquiera cuajaron opciones naturales como la de Denis.
Sin embargo, el cielo se abrió con el anuncio en el 2019 del fichaje estratégico de De Jong. Una de las prioridades de Ronald Koeman este verano era dar rienda a su compatriota. “Estoy feliz”, corrobora el medio holandés sobre su momento de forma. Lo de Pedri, que tenía 17 años y venía de jugar en Segunda, fue una auténtica sorpresa y ya lleva 27 partidos –todos menos uno–. Cuando nadie quiere el balón, él toma la responsabilidad. “Me adapté muy bien porque estoy en el club donde quería estar. Cuando se está rodeado de buenos jugadores es mucho más fácil aprender y hacerlo bien”, se quita méritos el canario. Puig tiene mucho en contra y pocos minutos (200) y no se rinde por su voluntad de hierro y corazón blaugrana. Con poco tiempo le basta para dejarse notar, siempre robando planos, como en la tanda de penaltis o con un gol de cabeza, el segundo del equipo, en Elx.
CALIDAD Y PERSONALIDAD
El holandés juega desinhibido, el canario la pide cuando nadie la quiere y el catalán no se rinde