Borràs llama a evitar la resignación independentista
Puigdemont examina su nueva apuesta para liderar el soberanismo
Sant Just Desvern
Junts per Catalunya no es una marca nueva en unas elecciones, pero Junts per Catalunya, como partido, sí que debuta en las urnas. La última apuesta de Carles Puigdemont, soltando amarras con la herencia convergente del PDECAT, afronta su primera contienda electoral con la misión de retener el liderazgo entre las fuerzas independentistas –por encima de los 30 escaños–, conteniendo un empuje de ERC que ya sufrieron en los comicios municipales y generales del 2019 y que auguran no pocas encuestas.
Mismos vaticinios que ya se apuntaban en el 2017, pero en Junts, como entonces, están convencidos de que siempre remontan a las encuestas, más aún con el impulso de Puigdemont –siempre ha ganado a ERC, en las últimas autonómicas y en las europeas del 2019–, que encabeza el ticket electoral aunque la presidenciable es Laura Borràs.
Tanto Puigdemont como Borràs escenifican un independentismo irredento, que se agarra al mandato del 1-O y se aleja de la mesa de diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez. En esta línea marcan perfil ante Esquerra, agitando el fantasma de un tripartito de los republicanos con socialistas y comunes. Sin embargo, Junts también admite que ERC es su única alternativa para pactar tras el 14-F, repitiendo una coalición gubernamental que, eso sí, piden reformular en cuanto a nombres y funcionamiento.
De hecho, Junts reivindica su capacidad de gestión frente a las dudas que vierten sobre el cometido de las conselleries republicanas con mayor responsabilidad en la pandemia, desde Salut hasta Treball i Afers Socials, con el añadido de Exteriors por el 14-F. Borràs, que ayer coincidió con Pedro Sánchez en su AVE Madrid-barcelona, aprovecha su posición externa al Govern para apretar las tuercas en este sentido. Pese al “caos” por la fecha, ayer Puigdemont y Borràs coincidieron en fomentar la participación: “Siempre que votamos, ganamos”.
Con todo, donde más pone el acento el partido de Puigdemont es en la cuestión nacional, con un discurso contundente que apunta a un cambio de estrategia en el procés tras una legislatura marcada por la “actitud antirepresiva” que, asumen, no les ha dejado avanzar. Para ello fueron los primeros en marcar la cota del 50% de votos independentistas que en caso de alcanzarse, añaden, debe tener consecuencias políticas, sin precisarlas. “Con una autonomía vigilada nunca saldremos de esta crisis, solo con un Govern independentista fuerte, porque el verdadero cambio es la independencia”, resumió Borràs, muy crítica también con Salvador Illa.
Al ser las primeras elecciones de Junts como partido, no cuenta con derechos electorales propios –en manos del PDECAT–, lo que ha obligado a la formación de Puigdemont a recoger avales y lanzar una línea de créditos para financiar una campaña de 1,29 millones de euros con protagonismo digital –ya están acostumbrados, por el “exilio”– en la que a partir de hoy pueden contar con el apoyo de los líderes independentistas presos del partido en tercer grado: Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn.