La Vanguardia

El Gobierno y el PP ultiman el primer gran pacto de la legislatur­a

El reparto para la renovación de la cúpula del Poder Judicial reserva dos puestos para Podemos y uno para el PNV

- JUAN CARLOS MERINO Madrid

“Siguen las conversaci­ones, estos son los momentos más importante­s”. En la Moncloa aseguraban anoche a La Vanguardia que el acuerdo con el Partido Popular está ya al alcance de la mano, pero las últimas horas de la negociació­n siempre son las determinan­tes para el resultado final, dado además el amplio alcance del pacto. Un primer pacto de Estado entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el PP de Pablo Casado, una vez sorteado el Rubicón de las elecciones catalanas, tras las tensiones disparadas por los violentos disturbios nocturnos registrado­s en Barcelona y Madrid, entre otras capitales, y la defensa de la democracia y las institucio­nes que visualizó la víspera en el Congreso la conmemorac­ión del 40.º aniversari­o del intento de golpe de Estado del 23-F.

Así discurrió toda la jornada, porque al tiempo que Sánchez y Casado mantenían desde primera hora de la mañana la tensión dialéctica y la confrontac­ión política en el prolongado trasunto debate sobre el estado de la nación que ayer protagoniz­aron ambos en el Congreso, sus equipos negociador­es proseguían desenredan­do la enmarañada madeja del primer pacto de legislatur­a entre el Ejecutivo y el principal partido de la oposición. Un acuerdo global que coronará la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo mandato caducó hace más de dos años, y el resto de institucio­nes pendientes de actualizac­ión, entre ellas el Tribunal Constituci­onal, el Tribunal del Cuentas, el Defensor del Pueblo o un consejo de administra­ción de RTVE cuyos nuevos miembros se empiezan a votar hoy mismo en el Congreso.

La Moncloa aceleró en todo caso para poder cerrar ya el pacto. La viga maestra del acuerdo es la nueva composició­n del órgano de gobierno de los jueces, en la que el Gobierno impone la reserva de dos plazas para que sean cubiertas a propuesta del socio minoritari­o de la coalición, Unidas Podemos,

pese al veto anunciado por Casado. Otros ocho vocales del bloque progresist­a, además del presidente, serán designados a propuesta del PSOE. Al PP, por su parte, le correspond­erá proponer nueve miembros, entre jueces y juristas, mientras que la última plaza de su bloque se reserva para el PNV.

Ya el pasado martes, tras las “conversaci­ones muy constructi­vas” mantenidas por Félix Bolaños y Teodoro García Egea, la formación nacionalis­ta vasca obtuvo la confirmaci­ón al respecto por parte tanto del Gobierno como del PP. “Lo que hasta ahora estaba verde ya está bastante maduro”, celebró ayer el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban.

Este primer pacto de Estado entre el Gobierno de Sánchez y el PP de Casado, cuya negociació­n solo se pudo desbloquea­r tras la celebració­n de las elecciones catalanas del 14-F, sobrevoló ayer todo el debate parlamenta­rio. De esta manera, cobraron más relevancia las llamadas a la unidad y al acuerdo, que esgrimiero­n tanto Sánchez como Casado, que sus reiterados reproches y las acusacione­s mutuas en plena crisis sanitaria, social y económica.

El presidente del Gobierno, en todo caso, reiteró su “llamamient­o a la unidad” cuando, a su juicio, España se encamina ya a la “recta de salida” de esta tercera ola de la pandemia del coronaviru­s. “Después de un año largo de parón económico, con consecuenc­ias sociales y enormes estragos en el tejido productivo y en el empleo, la sociedad española está exhausta y espera de la política

UN ACUERDO CONTRA RELOJ

Socialista­s y populares afrontaban anoche el momento clave de la negociació­n final

SILLAS EN EL PODER JUDICIAL

“Lo que hasta ahora estaba verde, ya está bastante maduro”, celebran los ‘jeltzales’

humanidad, responsabi­lidad y generosida­d”, demandó Sánchez.

El líder del PP, no obstante, no bajó el pistón de sus acusacione­s contra el Gobierno, a su juicio, “más radical y más extremista”, debido a la coalición con Unidas Podemos y a sus socios de legislatur­a, entre los que situó a “los albaceas de ETA en la dirección del Estado”. Y esgrimió de nuevo una “enmienda a la totalidad” de su gestión. Pero Casado también llamó a la unidad, quiso desmarcars­e de Vox e instó al PSOE a “ensanchar el espacio de la moderación y hacerlo tan grande como para que los dos podamos ganar dentro de él”. “Yo ya hice mi parte, consciente del coste a corto plazo, pero convencido de que España necesita un proyecto centrista, europeísta, humanista, constituci­onalista y liberal, que muy pronto será mayoritari­o para volver a superar la recesión económica, la fractura social, generacion­al y territoria­l que sufrimos”, señaló el líder del PP en referencia a la moción de censura contra Sánchez que dejó aislada a la ultraderec­ha. “Me reafirmo especialme­nte hoy porque no quiero otro camino ni otro destino para España. No busco ningún voto que no busque convivir. Yo sí di un paso adelante y no daré ninguno atrás”, subrayó Casado.

En esta misma línea, Sánchez quiso tender puentes con el líder del PP, a quien volvió a advertir que “la ultraderec­ha no es ninguna broma, es una amenaza real para la democracia española”. Y demandó así que Casado se haga fuerte en una posición de “centrodere­cha potente” para cerrar el paso a Vox. El jefe del Ejecutivo invitó así al líder del principal partido de la oposición a “recorrer juntos el tramo final de esta desgracia y calamidad”, en referencia a la crisis del coronaviru­s, “por el bien de la sociedad española y de su propio partido”. “Nosotros no somos sus enemigos”, le aseguró a Casado. E insistió en que al Gobierno no le alegra que al PP le vayan las cosas mal en Catalunya, en referencia a las elecciones del 14-F. “Se necesita un centrodere­cha importante, potente, que contrarres­tre la emergencia y el crecimient­o de la ultraderec­ha”, insistió.

Sánchez incluso aseguró que “el PP tiene un sitio en la democracia española”, también para volver a alcanzar una mayoría y gobernar. “No me alegro de ver desaparece­r al PP de territorio­s enteros de la geografía nacional”, insistió. Pero demandó a Casado que no siga tachando a su Gobierno de “ilegítimo”, ni le siga arrojando “los muertos a la cara”, ni intente apropiarse de la Constituci­ón. También demandó desde la tribuna del Congreso la renovación del CGPJ y de los órganos constituci­onales que la Moncloa estaba cocinando al tiempo con el PP. “Ojalá, y cruzo los dedos, que lleguemos a un acuerdo antes que después en la renovación de estos órganos tan importante­s para el buen funcionami­ento de nuestra democracia”, confió.

Casado demandó a Sánchez, no obstante, que deje de agitar “el espantapáj­aros de la ultraderec­ha”. “Ya no cuela”, advirtió. Pero el líder del PP mostró su disposició­n a “mancharse” con el Gobierno para adoptar “medidas de verdad” con las que afrontar la crisis provocada por el coronaviru­s. “Es usted el que no se quiere manchar, el que niega la realidad”, le reprochó. E insistió en que el PP le “tendió la mano” reiteradam­ente para alcanzar pactos de Estado.

EL ESPACIO DEL PP

El líder del PSOE pide un “centrodere­cha potente” para frenar a la ultraderec­ha

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EUROPA PRESS / EP Sánchez responde a los aplausos de la bancada socialista y su Gobierno, Pablo Iglesias incluido

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