El “aire” que necesitamos
El plan de desescalada anunciado el lunes por el premier británico, Boris Johnson, ha provocado un importante crecimiento en las reservas hoteleras en los principales destinos turísticos españoles y también un aumento en la contratación de vuelos hacia España. Los británicos con el documento de vacunación en el bolsillo tienen ganas locas de viajar, igual que millones de ciudadanos en todo el mundo, después de este largo y pesado año de pandemia. Como efecto dominó distintos valores turísticos europeos han experimentado importantes subidas en bolsa esta semana. Es un síntoma de que, cuando la amenaza de pandemia desaparezca, el sector turístico que haya podido resistir la crisis va a notar una inmediata recuperación, a diferencia de otras áreas de la economía. Todos los estudios y prospecciones que se están haciendo coinciden en que el confinamiento de este año va a ser compensado con creces con viajes a tutiplén.
La buena nueva de Johnson, reforzada por su rápido plan de distribución de las vacunas, no tiene equivalencias en otras zonas, como España, donde la desescalada se debe hacer con suma prudencia. El ritmo de vacunación es más lento, pero está siendo efectivo. Esta semana se ha producido un hecho que merece ser destacado: el número de personas vacunadas en España ya supera a la cifra de infectados. No está nada mal.
El pesimismo que nos rodea por todos los lados ya presagia una cuarta ola que nos obligará a nuevas restricciones, pero quizás sería bueno no vivir en los extremos. Ni desescalada loca, si no se dispone de una vacunación generalizada, ni tampoco vivir en un enclaustramiento continuo. Me quedo con la actitud del que pasa por ser el principal experto del tema en Catalunya, el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, quien el pasado lunes se mostró partidario de “dar aire” a los sectores económicos que más sufren el cierre de las actividades.
Si lo dice él, no le llevaremos la contraria. El comercio, la restauración, la cultura y un largo sinfín de actividades necesitan aire. Aunque solo sea un ligero soplo, pero pensemos también en ellos.