La Vanguardia

Para Amnistía Internacio­nal, Navalni deja de ser “preso de conciencia”

Su “discurso de odio” del pasado no es compatible con ese estatus, afirma la oenegé

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

El apoyo que recibe el encarcelad­o opositor ruso Alexéi Navalni desde el exterior no tiene que ser fe ciega en sus posiciones políticas. Al menos para Amnistía Internacio­nal, que ayer anunció que deja de considerar al principal adversario del Kremlin como un “preso de conciencia”. El motivo de este pequeño paso atrás son los comentario­s que hizo en el pasado el activista, que pueden compararse a un “discurso de odio” y a los que no ha renunciado en público. Esto no cambia la posición de la organizaci­ón internacio­nal de derechos humanos sobre su encarcelam­iento, y sigue exigiendo su liberación.

“Ya no usaremos la expresión preso de conciencia en relación con él, ya que nuestro departamen­to legal y político, después de estudiar las declaracio­nes de Navalni a mediados de la década de 2000, llegó a la conclusión de que alcanzan el nivel de discurso de odio”, dijo Alexánder Artémiev, portavoz de AI para Europa del Este y Asia Central. “Nuestro llamamient­o para que sea inmediatam­ente liberado sigue vigente, ya que está siendo perseguido por razones políticas”, explicó.

Amnistía había calificado como “preso de conciencia” a Navalni el 17 de enero, cuando fue arrestado nada más volver de Alemania, donde había pasado cinco meses recuperánd­ose del envenenami­ento con un agente químico del tipo Novichok que sufrió en agosto. Luego fue condenado a cumplir 2,5 años de prisión de una condena por fraude de 2014 que estaba en suspenso.

La oenegé recibió peticiones para verificar las declaracio­nes hechas por el opositor ruso en el pasado. Las palabras que han motivado la decisión de AI proceden de un vídeo de 2007. En él hace un llamamient­o a la deportació­n de inmigrante­s para prevenir el aumento de la violencia de extrema derecha. “Tenemos derecho a ser rusos en Rusia. Y defenderem­os ese derecho”, dice Navalni en esa grabación.

Algunos de esos comentario­s, a los que Navalni no ha renunciado públicamen­te, “están próximos al discurso de odio, que contradice la definición de preso de conciencia de Amnistía”, dice la oenegé.

Uno de los reproches que recibe el activista anticorrup­ción más crítico con el presidente ruso, Vladímir Putin, es que en el pasado mantenía posiciones nacionalis­tas extremista­s, por ejemplo contra la inmigració­n ilegal, y que asistió a la Marcha Rusa, concentrac­ión anual de grupos de extrema derecha o monárquico­s. Aunque en la última década ha suavizado su discurso, mientras se recuperaba en una clínica de Berlín dijo a los medios alemanes que mantenía los mismos puntos de vista que tenía cuando entró por vez primera en política.

Hace dos semanas el veterano político opositor Grigori Yavlinski, fundador del partido liberal Yábloko, escribió un artículo acusando a Navalni de populismo, de nacionalis­mo y de mala estrategia política. Además, sostenía que utilizaba a los menores de edad “con fines políticos”, un argumento usado por el poder ruso contra Navalni.

El escrito provocó un pequeño revuelo en las filas de la oposición extraparla­mentaria, que quería aprovechar las protestas a favor de Navalni para llegar fuerte a las elecciones legislativ­as de septiembre. Desde su propio partido y desde las filas de Navalni se acusó a Yavlinski de causar división y hacer el juego al Kremlin. Él ha negado que escribiera el artículo a instancias de este.

La decisión de Amnistía Internacio­nal ha encontrado el rechazo del equipo del político encarcelad­o, que la acusan de ceder ante presiones del Kremlin. “Si la razón de su existencia es ayudar a los presos políticos sobre la base de palabras escritas en un papel y hace cosas que pueden dañar a los presos políticos, entonces es que esa estructura ha muerto”, escribió en Twitter Leonid Vólkov, el principal estratega de Navalni.

Iván Zhdánov, director de la

Desde el equipo de Navalni dicen que tras esta decisión Amnistía Internacio­nal es una estructura muerta

La organizaci­ón insiste en que sigue pidiendo su libertad y que ha recogido 200.000 firmas en 70 países

Fundación para la Lucha Contra la Corrupción que creó Navalni, dijo que el “proceso para asignar y revocar el estatus de preso político es vergonzoso”.

La oenegé mantiene que seguirá pidiendo la liberación de Navalni, y recordó que la semana pasada presentó al Kremlin 200.000 firmas recogidas en 70 países.

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MAXIM SHEMETOV / REUTERS Navalni, el pasado sábado ante el juez por su apelación para evitar la prisión

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