Algo se mueve

Joan Puigcercós, que fue presidente de ERC, concedió una entrevista a este diario donde reconoce que “tanto Aragonès como Illa, que son perfiles serios, resultan ser quienes han triunfado en esta campaña”. Y Puigcercós añadía: “Hay una cierta fatiga de liderazgos mesiánicos, o demasiado populistas, y hay voluntad de que gente responsable se ponga al frente en Catalunya”. A pesar de todo, reconocía la dificultad de que se formule un tripartito y exponía sus razones, entre las que priorizaba el hecho de que el PSOE ni siquiera ha empezado a virar el transatlántico de la justicia española.

Algunos dirán que quien fue conseller de Governació lleva nueve años retirado de la política y dedicado al mundo de la empresa, pero que nadie dude de que sigue influyendo en la cúpula de su partido por su proximidad a Oriol Junqueras. Y, además, ERC suele enviar los mensajes más políticamente incorrectos por boca de figuras reconocibles, pero que no están en primer línea. Y ese reconocimiento a que son tiempos para gobernantes fiables y no para líderes mesiánicos es todo un torpedo

Puigcercós ha dicho que la gente ha votado

por perfiles serios como Aragonès e Illa

a la línea de flotación de Jxcat, que, en momentos tan delicados como el actual, cuando está en juego la reconstrucción de la economía catalana, manifesta exceso de tacticismo.

Estas declaraciones se han producido al mismo tiempo que socialistas, republicanos y comunes se fotografiaban en el Ayuntamiento de Barcelona tras firmar un pacto de inversiones en los diez distritos de la ciudad, que es el resultado de un acuerdo anterior para los presupuestos. Toda una metáfora de los nuevos tiempos. Pero, por si fuera poco, un grupo de ciudadanos de izquierda han publicado un artículo conjunto en El País donde dicen que “la colaboración inmediata entre republicanos y socialistas en la recuperación socioeconómica no exige una coalición de Gobierno”. Y ello es posible sin aparcar el contencioso territorial, “pero facilitando el lento y trabajoso diálogo encaminado a darle una salida”.

Manuel Vicent escribe en Póquer de ases que hay gente que tiene el don de estar en el sitio exacto en el momento oportuno, “hasta el punto de que parece que la I Guerra Mundial se hizo para que Hemingway fuera conductor de ambulancia en el frente de Italia, cayera herido por una granada de mortero y en el hospital de Milán se enamorara de la enfermera Agnes H. von Kurowsky, que le serviría de modelo para la protagonista de Adiós a las armas”. Todo está por escribir, veremos si Aragonès tiene este don y es capaz de hacerse un espacio en la historia.