“Pensé que tendría que cerrar, el primer golpe es muy duro”
“Pensaba que tendría que bajar la persiana, el curso pasado estaba muy desanimada porque el primer golpe es muy duro”. Myriam Aguilar, propietaria de una academia de inglés en Vilafranca del Penedès, sufrió al principio del confinamiento, pero ha sabido adaptarse a las circunstancias y ha convertido la pandemia en una oportunidad. Se ha trasladado a unas instalaciones más amplias, ha normalizado la enseñanza en línea y ha pasado de tener menos de un centenar de alumnos en el curso precedente a los 150 actuales. Es un ejemplo de éxito en medio de una crisis sin precedentes.
“Yo no conocía Skype, Zoom, Google Meet... Emocionalmente estábamos bastante afectadas las tres –Mireya y sus dos trabajadoras–. Fue todo muy improvisado, cogimos Skype y vimos que funcionaba. Ahora lo tenemos por la mano, hemos aprendido a base de utilizarlo y experimentar”. La transformación tecnológica de la academia The Maple Leaf, que ofrece clases de todos los niveles y realiza extraescolares en algunos centros educativos, ha resultado positiva: los exámenes oficiales de finales de junio y julio fueron aprobados por todos los alumnos. “Eso quiere decir que quizá el tema en línea está dando resultados. Hacemos lo mismo, pero delante de una pantalla”, explica Aguilar. De momento –y a pesar de la nueva supresión de las actividades extraescolares salvo para grupos burbuja y limitados a seis personas– piensa mantener el modelo híbrido aunque no descarta ninguna posibilidad en el futuro. “No me quiero sacar el local, todavía queda mucho camino por recorrer. No me gustaría prescindir del todo de las clases presenciales, pero después ya lo veremos”.
De la misma manera que en la automoción la hibridación es el paso previo hacia la electrificación, la enseñanza de idiomas avanza inexorablemente por la senda telemática. Por eficacia, por logística y por economía. “El tema en línea está cogiendo mucha fuerza”, dice Aguilar. “Es más cómodo para mucha gente, te permite ampliar mucho, puedes hacer más grupos y puedes equilibrar mejor los niveles. Cambridge ha creado una plataforma en la que hay todos los libros que estamos utilizando y está funcionando muy bien. Los alumnos salen del cole, se van a casa y no tienen que ir arriba y abajo. Hay una muy buena aceptación en general”.
El éxito de un pequeño centro: transformación digital acelerada y aumento del alumnado en un 50%