La justicia inglesa no deja regresar a la ‘novia’ del Estado Islámico
Shamima Begum, una joven británica de origen bangladeshí que con quince años se apuntó a las filas del Estado Islámico, no tiene derecho a regresar al Reino Unido para intentar recuperar la nacionalidad británica, según el Tribunal Supremo.
La máxima corte de Inglaterra y Gales, en una resolución cuestionada por los grupos pro defensa de los derechos humanos, ha decidido que las consideraciones de seguridad nacional priman sobre cualquier otra, y el Ministerio de Interior actuó legalmente al privar a Shamima del pasaporte del Reino Unido. Begum se encuentra actualmente en un campo de refugiados del norte de Siria, vigilado por guardias armados, donde no está permitido el acceso de abogados que puedan representar su causa.
Tras ser privada de la nacionalidad en el 2019 por el anterior ministro de Interior, Sajid Javid, un tribunal de apelación dijo que la única manera de resolver el caso era permitir que Shamima regresara al país. Pero el Gobierno Johnson llevó el asunto al Tribunal Supremo, que ahora se ha pronunciado a su favor: “Cuando un derecho individual tropieza con una cuestión de seguridad nacional, es esta última la que ha de prevalecer, aunque la persona, como ocurre ahora, se quede en un lamentable limbo legal”.
Begum nació en Inglaterra y, a los quince años, se fue junto con otras dos adolescentes amigas al cuartel general del Estado Islámico en Raqqa, en un largo viaje que tuvo Turquía como primera escala. Una vez en el destino, se casó (o fue casada) con un militante holandés, ha tenido tres hijos, todos los cuales han muerto (el último como consecuencia de una neumonía). Hace justo dos años fue localizada en el campamento bajo vigilancia armada donde ahora reside.
Su solicitud de perdón y el hecho de admitir que ha cometido errores no han ablandado en lo más mínimo el corazón de la Administración Johnson ni de los jueces del Tribunal Supremo.