La Vanguardia

Problemas sociales

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Si yo miro atrás, hace 50 años, puedo recordar como una persona en edad de trabajar podía hacerlo, y le hacían un tipo de contrato llamado indefinido. Con ese contrato podía ir al banco a pedir créditos para un sinfín de ilusiones: una casa, un coche… También podía alquilar casa a bajo precio para toda una vida.

La vida era más sencilla y fácil, enseguida pensabas en los hijos y en una jubilación bien merecida. Hoy en día, la juventud no conoce lo que es ponerse a trabajar en cuanto lo desea, posiblemen­te no conocerá nunca lo que es un contrato indefinido y la idea de formar una familia hace tiempo que dejó de ser una ilusión. Les espera paro, contratos basura, alquileres inflados, pisos que les obligarán a endeudarse para toda la vida… Tenemos un mundo liberal en que la máxima es sálvese quien pueda.

Gonzalo Santandreu Lorite

Barcelona

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