Lady Di y el “matrimonio de tres”
El volcán que llevaba años larvado entró en erupción el último día de febrero de 1996. Lady Diana le comunicó a la matriarca Windsor, la reina Isabel II, que aceptaba el divorcio de su hijo Carlos, al que se había resistido. La monarca también había intentado detenerlo durante años, tras conocer los insalvables problemas de una relación que siempre tuvo su principal obstáculo en él, un príncipe que para la soñadora lady Di se había convertido en sapo. En una de sus atrevidas entrevistas, Diana resumió el drama de forma tan parca como precisa: “Éramos tres, en este matrimonio. Había demasiada gente”. La tercera en discordia no era la monarca, suegra fría donde las haya, sino Camilla Parkerbowles, amiga íntima de Carlos a la que dedicó tórridas declaraciones de amor telefónicas. La metáfora del támpax quizás no era lo suficientemente regia.