El camino de Santiago
Recuerdo aquel corto peregrinar a Santiago de Compostela. Admiré el pórtico de la Gloria, metí mis dedos en la columna rezando al santo, y después de la ceremonia del botafumeiro, abracé al santo detrás del altar. Y en mi fuero interno sentí algo especial al atravesar la Puerta Santa. Ese peregrinaje es, en mi opinión, un acercamiento a los valores profundos de la fe. Se dejan comodidades cotidianas, se soportan las inclemencias del tiempo, todo para el encuentro con el santo Santiago. El camino de Santiago siempre es un especial peregrinaje.
Francisco Javier Sotés Gil
València