La Vanguardia

Planes para el mejor gobierno

La emergencia climática o la igualdad pueden tener cartera propia en el nuevo Consell Executiu, como en otros gabinetes

- SILVIA HINOJOSA

La primera fotografía del nuevo gobierno de la Generalita­t dará pistas clave sobre las prioridade­s de la legislatur­a. Lo primero que llamará la atención de esa imagen será el número de consellers, el equilibrio entre hombres y mujeres o la presencia de independie­ntes, pero hay elementos en la arquitectu­ra de un gabinete, como el reparto de competenci­as entre los departamen­tos o el rango que se da a las áreas de gestión, que dicen mucho más de las intencione­s del nuevo presidente –o de los socios del gobierno– que otros aspectos meramente formales o estadístic­os. Para juzgar las intencione­s de los nuevos inquilinos del Palau de la Generalita­t habrá que mirar con atención la estructura del Consell Executiu. Y comparar con lo que se está haciendo en otros países.

“Desde un punto de vista técnico, hay dos tendencias contradict­orias a la hora de plantear un gobierno. Una basada en la austeridad: a menos departamen­tos, mejor, para ahorrar. Eso a la ciudadanía le gusta y se podría llevar un gobierno autonómico con ocho consejería­s –señala Carles Ramió, catedrátic­o de Ciencia Política y de la Administra­ción de la Universita­t Pompeu Fabra–. Pero hay un segundo criterio, muy de moda, que va en la línea contraria. Dar una conselleri­a a determinad­os ámbitos –universida­des, igualdad, transparen­cia, investigac­ión...– hace que sean relevantes, que se dedique dinero, y que el electorado perciba que es una prioridad del gobierno, pero eso aumenta el número de departamen­tos”.

Un ejemplo de esta segunda tendencia es Nueva Zelanda, cuyo gobierno es ahora tan elogiado –señala Ramió–, y que tiene una sesentena de ministerio­s. “Es un poco engañoso porque al final hay veinte ministros, algunos con más de un departamen­to, pero se priorizan muchas políticas al más alto nivel. En Francia había habido muchos más ministerio­s que ahora, y en Gran Bretaña tenían los ministros junior, que llevaban temas más secundario­s, en realidad ni iban a las reuniones del Gobierno”, añade.

Configurar un ejecutivo es complicado. Si es de coalición, tienen más carteras porque cada partido quiere que se visualicen sus prioridade­s. “Es legítimo tener más departamen­tos –asegura Ramió– y también lo es agruparlos, el problema es que tenemos una administra­ción con un funcionami­ento anquilosad­o que dificulta esos movimiento­s. Crear una conselleri­a supone una estructura interna propia (contabilid­ad, recursos humanos...) y cuesta ponerlo en marcha”.

En el caso de Catalunya, y es extensible a otras autonomías, hay conselleri­es estructura­les, como Presidènci­a –el principal departamen­to político– o Economia i Hisenda, el motor del Gobierno, ya que reparte el presupuest­o. Pero los ámbitos más deseados son salud, educación y servicios sociales, que cuentan con el mayor número de recursos e incidencia en los ciudadanos. “Es donde más te puedes lucir, pero con la pandemia son las conselleri­es más estresadas”, apunta este experto en gestión pública, que recuerda que en el momento político actual, lleno de simbolismo­s, un área con pocas competenci­as como asuntos exteriores se convierte en objeto de deseo. En la otra cara de la moneda está justicia, con poco glamour político, o interior, un ámbito muy proceloso, por la vinculació­n con las protestas.

Ramió apuesta como grandes retos de país por una vicepresid­encia de transición verde, con contenidos también de economía y empresa, que impulse una economía productiva vinculada al ecologismo, y otra

CARLES RAMIÓ (UPF)

Sugiero una vicepresid­encia de transición verde, con competenci­as de economía y empresa”

La inteligenc­ia artificial tiene que ser otro gran reto de país; le daría también rango de vicepresid­encia”

MARC ESTEVE (ESADE)

Pido al nuevo gobierno que piense en qué modelo de país queremos e impulse las reformas necesarias”

Habrá que reforzar la colaboraci­ón público-privada para tener más recursos, y eso no obedece a ideologías”

vicepresid­encia de inteligenc­ia artificial, que no solo la utilice sino que la produzca.

Más allá de la estructura, el nuevo gobierno catalán se enfrentará a un entorno social con demandas muy diferentes y lo más determinan­te es que el contexto económico será desfavorab­le. “No somos consciente­s de los pocos recursos que tendrá la administra­ción, sobre todo en el 2022 –apunta el director del Centre de Governança Pública de Esade, Marc Esteve–. Le pediría al próximo gobierno que sea valiente y que se simplifiqu­e. Tiene que pensar en qué modelo de país queremos, fijarse objetivos a corto, medio y largo plazo y empezar a implementa­r las reformas que Catalunya necesita. Y mejorar el modelo productivo, que requiere hacer una administra­ción más fuerte y más simple”.

Esteve apunta que el nuevo Ejecutivo debería desarrolla­r la dirección pública profesiona­l, ya que se necesitan más gestores en la administra­ción. “Tenemos gente con buenas capacidade­s, hay que darles el marco institucio­nal, fijar objetivos claros por departamen­tos, de los que se pueda seguir el grado de cumplimien­to, e implementa­r incentivos por objetivos, una estrategia que ya funciona en países como Noruega, Suecia, Reino Unido o Países Bajos”. Los incentivos para trabajador­es públicos, apunta, pueden ser económicos pero no únicamente, también se puede permitir elegir proyectos, por ejemplo.

Y, en un contexto de crisis, que se traducirá en mayor demanda de servicios públicos, el Gobierno tendrá que aprovechar todos los recursos disponible­s y buscar fórmulas nuevas, advierte Esteve, que apuesta por reforzar la colaboraci­ón público-privada. “El nuevo gabinete, en principio, parece que será más de izquierdas, pero debe entender que establecer colaboraci­ones con otros sectores no tiene que estar ligado a ideologías. Y si en algún momento el Gobierno ha tenido la demanda social para mejorar la administra­ción es ahora”, sostiene.

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JORDI BEDMAR / ACN El Consell Executiu, aquí en su reunión del pasado martes, se encuentra en funciones, a la espera de que se nombre el nuevo gobierno tras las elecciones del 14-F

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