En pos de la modernidad
Con la bandera de reivindicar la canción popular española, el rapero y músico C. Tangana da un sobresaliente paso adelante en su afán por dejar huella, ampliando de manera ambiciosa y mayormente brillante su campo de acción musical. Más allá de cuestiones conceptuales –¿qué es canción española?, ¿qué es popular?– , la tarea en la que hace una larga temporada anda enfrascado Antón Álvarez-c. Tangana es una suerte de demostración de que no hay retos insuperables si se tiene la convicción de poder superarlos. Y medios, claro. Con El madrileño demuestra que es capaz, dando forma a una compilación de músicas y formas de antes y de ahora con su inconfundible voz como argamasa.
Partiendo de la base de que cada artista es como es y difícilmente es cambiable esa esencia –se ha escrito sobre su chulería y su obsesión por el éxito–, a C. Tangana no se le puede negar arrestos y lo mejor plasmarlos de forma tan convincente. Que no quiere decir de forma cohesionada. Porque El madrileño arranca en plan seguro con cuatro descargas sonoras ya triunfales (Demasiadas mujeres, Tú me dejaste de querer, Comerte entera y Nunca estoy) que preparan a lo que va a venir: una búsqueda de la modernidad en el folklore español y latino, en lo clásico, en lo que le gustaba de pequeño, rock incluido. Y gracias a la sobresaliente producción de Alizzz y Víctor Martínez, aquí casan de maravilla el Muriendo de envidia, con Eliades Ochoa, con la imprescindible Los tontos, con su maestro Kiko Veneno a la vera, este sí un ejemplo de modernidad sin fecha.