Francia logra que Alemania suavice el control fronterizo en el Mosela
Tras unas duras negociaciones que han puesto a prueba seis decenios de amistad franco-alemana, París logró ayer que Berlín suavice las severas restricciones que va a imponer, a partir del mañana martes, en el tráfico transfronterizo desde el departamento francés de Mosela (noreste), muy afectado por las variantes de la covid.
Quienes se desplacen a Alemania, incluidos los 16.000 trabajadores transfronterizos, deberán enviar una declaración electrónica sobre un test negativo, sea PCR o de antígenos, de menos de 48 horas. Los controles no se realizarán en la frontera sino, de manera aleatoria, en las empresas donde trabajan. Aunque las autoridades de Mosela consideran “brutales” las medidas germanas, por su coste y molestias, el Gobierno de París se siente moderadamente satisfecho porque ha podido evitar casi un cierre de facto de la frontera. Berlín pretendía requisitos más duros. El test de antígenos, por su rapidez, agiliza el trámite. Francia no aplicará la reciprocidad. A los camioneros y trabajadores transfronterizos no les exigirá una prueba PCR. Tampoco lo hace en la frontera española.
En la propia Francia, la lucha contra la pandemia obliga a la región parisina –Isla de Francia–a plantearse más restricciones. La presidenta regional, la conservadora Valérie Pécresse, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se reunirán hoy por separado con los responsables sanitarios y los prefectos. El Ayuntamiento parisino propuso hace pocos días un confinamiento estricto de tres semanas para frenar los contagios y poder luego reabrir la restauración y el ocio, suspendidos desde hace cuatro meses. La reacción del primer ministro Jean Castex fue despectiva. Calificó de “tonterías” lo que se estaba planteando. Pero la situación se complica y podría suceder que el premier tuviera que tragarse pronto sus palabras.