El Papa baja el sueldo a los cardenales por la pandemia
Nadie se salva de la crisis económica que deja la pandemia. Ni siquiera la Santa Sede. El papa Francisco ha ordenado recortar un 10% del sueldo de los cardenales y también la rebaja de los salarios de la mayoría de otros clérigos que trabajan en el Vaticano. Su objetivo es paliar la caída de ingresos derivada de la difícil situación económica que arrastra la Santa Sede, agravada por la pandemia.
Con estas rebajas salariales –que empezarán el 1 de abril– el Pontífice busca garantizar los puestos de los miles de empleados que trabajan en la Santa Sede y la gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. La gran mayoría de los laicos no estarán afectados por estos recortes. Los más castigados son los cardenales, que verán sus nóminas rebajadas en un 10%. Les siguen los jefes y secretarios de dicasterios (ministerios vaticanos), a quienes se les bajará un 8% el sueldo, mientras que para los eclesiásticos y religiosos el recorte será del 3%. Se calcula que los cardenales que trabajan en el Vaticano cobran entre 4.000 y 5.000 euros al mes, y muchos de ellos viven en grandes apartamentos a un precio inferior al del mercado.
Además de la modificación de los salarios, el Pontífice ha suspendido hasta el 31 de marzo del 2023 los aumentos de sueldo por antigüedad excepto para los empleados laicos desde el primer al tercer nivel del escalafón. Es decir, los sueldos más bajos. Francisco ha tomado esta decisión “a raíz de la emergencia sanitaria provocada por la propagación de la covid, que afectó negativamente a todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano”. El cierre de los Museos Vaticanos y la Basílica de San Pedro no han ayudado a las maltrechas cuentas del Vaticano, que ha aprobado un presupuesto para el 2021 que será el más restrictivo de su historia reciente.