Las mujeres también competían en regatas
Fue en 1907 cuando se llevó a cabo la convocación de una carrera de natación en aguas del puerto de Barcelona. La fecha anunciada para la competición era el 26 de diciembre. De ahí que el acto pasara a ser bautizado como I Campeonato de Invierno.
El organizador era el Club Natació Barcelona, entidad que, pese a su fundación tan reciente, el 10 de noviembre, ya se veía con ánimo para realizarla como era debido. Todo ello no surgía por pura casualidad, sino merced al empuje del socio Emili Solé, que junto con el fundador y presidente Bernat Picornell fueron los animosos promotores de tantas iniciativas.
La convocación, estimulada con una copa donada por la entidad, era avalada por el primer club de natación creado en España. No se había anunciado una competición semejante desde 1871.
Se esperaba una participación nutrida, pero un típico temporal de levante aconsejó la suspensión. No cundió el desánimo y lo prueba que se celebrara unos pocos días más tarde: el 19 de enero.
En fecha navideña de 1908 se efectuó la esperada convocación, que era anunciada como II Copa Navidad de Natación. De nuevo, el encrespado estado de la mar aconsejó simplemente aplazar unos días tal competición. Así se hizo; lo que importaba era establecer ya para cada año aquella rutina en la misma fecha con el fin de que enraizara.
En 1912 se produjo una novedad. A la carrera tradicional se le sumaba una regata de canoas femenina. Quizá se podía haber llevado a término mucho antes, pero consta que al haber anunciado para aquel verano una carrera a pie solo para chicas, al final tuvo que ser suspendida. La prensa deportiva reconocía que no había logrado saber el motivo. Todo permitía sospechar sin embargo que, surgidas algunas airadas reticencias, se había utilizado como excusa que no eran socias del Club Natació Barcelona, entidad organizadora. He aquí un episodio típico que demoró la incorporación con toda normalidad de la mujer en la especialidad de la natación.
En cualquier caso, fue bien recibida la noticia de que en el VI Campeonato de Invierno del año mencionado, entre la carrera de 200 metros para nadadores y la regata de diez remos y timonel, se efectuaría la siguiente: canoas, con dos remos en punta y timonel, tripuladas por señoritas.
Solo compitieron los dos equipos que aparecen en la fotografía. En la crónica periodística no faltaron estos comentarios: “fueron tripuladas por muy bellas señoritas” y “hubo aplausos para todos y flores para las distinguidas deportistas”. Fue un alivio que se evitara la tentación de describir, y con detalle, los vestidos que llevaban.
Merecen ser citadas aquellas deportistas no solo pioneras, sino también combativas: Esperanza Aldana , Concepción Gil, Encarnación Lecha y Paquita Reverter. La natación acabó por cuajar, no así el remo.
La participación femenina acabó por cuajar muy pronto en natación, pero no así en el remo