Tres claves para mejorar las competencias
Los expertos las denominan “microhabilidades” lectoras y pueden entrenarse por separado. “Si los profesores saben cuáles son esas habilidades y las trabajan con actividades específicas correspondientes a cada edad, estarán ayudándoles en el desarrollo de su competencia lectora”, subraya Isabel de Vicente-yagüe, profesora del departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Murcia y secretaria de la Asociación Española de Comprensión Lectora. Y son habilidades que pueden trabajarse en cualquier materia, no necesariamente en lengua. Las tres habilidades son la atención, la memoria y la inferencia. La atención sostenida se refiere a la capacidad de mantener durante un periodo prolongado de tiempo el foco de atención sobre una determinada tarea. “Captar y conectar, y mantener la atención cuesta en un entorno como el actual, con tantos estímulos que nos distraen”, afirma la profesora. Respecto a la memoria, “es la capacidad de almacenar y recuperar información. Conecta lo que leemos con lo que sabemos, nos implica como autores nuevos”. Y, por último, la inferencia es un proceso cognitivo complejo. Está relacionado con la destreza para activar el conocimiento ya almacenado y utilizarlo para organizar e interpretar la nueva información entrante, a través de complejas relaciones abstractas no provenientes de los estímulos. “Esta destreza revela que no somos receptores y codificadores pasivos de la lectura, sino que construimos información activamente a partir del texto”, explica. Según una encuesta publicada durante el congreso, cerca del 60 % de los profesores –sobre una muestra de 3.000– considera que su formación no es suficiente para desarrollar estrategias que mejoren el nivel de comprensión lectora de sus alumnos.