‘Capitán’ Ter Stegen
El portero jugará su tercera final copera, la segunda contra el Athletic
Ha llovido mucho desde que Marc André Ter Stegen cambió Mönchengladbach por Barcelona para firmar su primer contrato con el Barça. Fue presentado el 22 de mayo del 2014 y tenía 22 años. “Desde el primer momento el Barça me ha dejado claro la importancia que voy a tener”, dijo. No se equivocaba. Siete años después de su desembarco, Ter Stegen no solo habla perfectamente el idioma. También se ha convertido en un capitán sin brazalete, de los que ayudan a los canteranos y calma los ánimos. Sin duda es una de las voces autorizadas del equipo, de las que más autocrítica hace y uno de los pesos pesados. Esta noche jugará su tercera final de la Copa del Rey con la camiseta blaugrana. “Cuando las cosas van mal los que llevan más tiempo tienen que dar un paso adelante aunque no lleven brazalete y es lo que estamos intentando”, reconoció en la antesala de la final con la derrota de la Supercopa de España en el recuerdo. “Será diferente, no habrá 120 minutos en las piernas como en la Supercopa. Si hacemos nuestro trabajo tenemos muy buenas oportunidades de llevarnos el título”, avisó.
Fue precisamente contra el Athletic cuando Ter Stegen ganó su primera Copa del Rey en la temporada 2014-2015 por 3-1. En total el alemán se ha enfrentado 17 veces a los vascos con un balance de 10 victorias, 2 empates y 5 derrotas. En estos 17 encuentros ha dejado en seis ocasiones la portería a 0 y en el resto ha encajado 18 goles. El propio Ter Stegen confesó que el delantero que más problemas le ha causado es Aritz Aduriz, el mismo que le marcó tres goles al Barça en la final de la Supercopa 2015 cuando el Barcelona cayó estrepitosamente en San Mamés por 4-0. Aduritz ya no juega, pero sí que estará Iñaki Williams, que le ha marcado cinco goles, el primero precisamente en la final copera del 2015.
Si Ter Stegen analiza cuál era su papel y su peso en el equipo la última vez que jugó una final de Copa, se dará cuenta de su evolución dentro del Barça. Aunque tenía intervenciones estelares y fue fundamental para el triplete de Luis Enrique, tenía un perfil más discreto. En sus dos primeros cursos con el Barcelona, compartía el puesto con Claudio Bravo y el técnico asturiano optó por una decisión salomónica bajo palos: el chileno jugaba la Liga y el alemán, la Copa y la Champions. Eso permitió a Ter
Stegen no solo ganar la citada Copa contra el Athletic sino que también conquistó la Champions League. El año siguiente el alemán repitió gesta copera sin encajar goles en la final que el Barça ganó al Sevilla por 2-0 en el Calderón. Terminada la temporada 15-16, Bravo se fue. Y el germano se convirtió en el portero titular del equipo. Pasó a jugar Liga y Champions para dejar la Copa al holandés Jasper Cillessen. Ter Stegen solo tuvo apariciones puntuales por lesiones de Cillessen. Por ejemplo, disputó las semifinales de la temporada 2018-19 en las que el Barça eliminó al Real Madrid. El sistema de alternancia bajo palos separando Copa y Liga instaurado por Guardiola en el 2008 ha durado hasta la llegada de Koeman. Tras dar el puesto a Neto en los primeros partidos de la competición, acabó recurriendo a Ter Stegen, que debutó en la presente edición en cuartos de final ante el Granada. “Me llevo estos momentos para toda la vida. Es una final que en mi caso hace años que no disputo y esperaba el momento para estar aquí otra vez”, sentenció.
EL MENSAJE DEL ALEMÁN
“Si las cosas van mal los que llevan más tiempo deben dar ejemplo aunque no luzcan el brazalete”