Toque de imprevisión
Hace ya mucho tiempo que sabíamos que el 9 de mayo decaía el estado de alarma a causa de la covid, pero a menos de una semana de que esto se produzca sigue habiendo muchas dudas sobre lo que se podrá o no se podrá hacer a partir de este domingo. Avanzándonos a las inquietudes lógicas de los ciudadanos, en nuestra sección de Sociedad intentamos responder a esta pregunta, pero ya les adelanto que todavía persisten muchas incógnitas. La más importante tiene que ver con el famoso toque de queda que, sin el aval de un estado de excepción, tiene difícil continuidad, pero algunas comunidades autónomas aún no se atreven a descartarlo por la evolución de la pandemia. De hecho, hay ocho (País Vasco, Madrid, Melilla, Navarra, Catalunya, Aragón, La Rioja y Cantabria) que se encuentran todavía en riesgo extremo, por encima de los 250 casos por cada 100.000 habitantes.
En Catalunya, la consellera de Presidència, Meritxell Budó, vino a descartar el toque de queda por la mañana, pero el secretario general de Salut, Marc Ramentol, matizó más tarde que la decisión definitiva aún no se había tomado. El mismo grado de confusionismo que existe sobre cómo abordar la nueva situación jurídica tras el estado de alarma que obliga al Govern a someterse a la disciplina del TSJC. Así, el horario definitivo de apertura y cierre de los restaurantes y locales nocturnos o el aforo que pueden tener es otra de las incógnitas que siguen abiertas en esta semana clave. El mejor ejemplo de este clima de incertezas lo vivirán los catalanes el próximo sábado por la noche con un toque de queda a las 22.00 h (el último) pero con posibilidades de salir a pasear dos horas después, a las 0.00 horas del domingo (ya no habrá estado de alarma). Un limbo de dos horas que se supone que el Govern debería clarificar.
Disculpados quedan los altos cargos de la Generalitat porque su principal obsesión es evitar la propagación de la covid, y todavía no se puede cantar victoria, pero cuesta entender cómo vamos a llegar hasta el final del estado de alarma con tanta falta de previsión.