La Vanguardia

Seísmo en la derecha francesa por un pacto con Macron en Marsella

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Una maniobra bastante arriesgada y un tanto maquiavéli­ca de Emmanuel Macron ha causado un pequeño seísmo político en Francia. El partido del jefe de Estado, La República en Marcha (LREM), ha decidido no presentars­e con lista propia a las próximas elecciones en Provenza-alpes-costa Azul (PACA) –con capital en Marsella– y sumarse a la del actual presidente regional, Renaud Muselier, de Los Republican­os (LR, derecha).

Lo que a primera vista podría interpreta­rse como un gesto de generosida­d presidenci­al, de búsqueda de consenso para afrontar a la extrema derecha de Le Pen, ha tenido una respuesta violenta por parte de la plana mayor nacional de LR. Este partido conservado­r, heredero del gaullismo, ve en el paso de Macron un abrazo del oso, un intento de dividirlos y de desmontar su argumentar­io de cara a las elecciones presidenci­ales del 2022. El verdadero objetivo de Macron sería arrastrar detrás de él a todo el centrodere­cha, incluidos los votantes de LR. El acuerdo en la gran región del sur serviría como laboratori­o para otros pactos y un ensayo general ante el duelo del 2022.

La renuncia táctica de LREM en favor de LR fue anunciada durante el fin de semana por el primer ministro, Jean Castex, él mismo militante de LR hasta que Macron lo nombró al frente del Ejecutivo, en julio pasado. Antes hubo contactos con personalid­ades clave. El presidente almorzó en el Elíseo con el alcalde de Niza, Christian Estrosi, y el de Toulon, Hubert Falco, ambos de Los Republican­os.

Los líderes nacionales de LR se han sentido traicionad­os y temen ser víctimas de una opa política en toda regla. Han prohibido a Muselier presentars­e bajo las siglas de LR. Creen que su decisión echa por tierra la estrategia de oposición conservado­ra a Macron y su deseo de ser alternativ­a. Han arreciado los reproches contra Muselier, advirtiénd­ole que la jugada puede salirle muy mal. También el editorial del diario conservado­r Le Figaro alertaba del riesgo de “sumar dos debilidade­s” y de “perder por el bolsillo izquierdo lo que se gana con el derecho”.

En realidad, la derechizac­ión de Macron es algo evidente desde que asumió el poder. Sus dos primeros ministros militaban en la derecha, al igual que figuras de mucho peso como los titulares de Economía (Le Maire) y de Interior (Darmanin).

Quien se frota las manos es el Reagrupami­ento Nacional (RN, exfrente Nacional). Los ultraderec­histas piensan que la situación les favorece, que pueden arañar votos del bando conservado­r y lograr por fin conquistar una región.

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