La Vanguardia

¡Menuda jornada de reflexión!

- Joaquín Luna

Solo un país en el mundo aspira, con la polarizaci­ón que está cayendo, a que el elector “reflexione” el día previo a unos comicios y ese es España. Loable y noble objetivo, a diferencia de Alaska, Puerto Rico o media Latinoamér­ica, que prohíben la venta y el consumo de alcohol en días electorale­s para evitar el voto ofuscado.

Como tantos buenos propósitos, ni candidatos ni electores parecían ayer reflexiona­r mucho en Madrid y uno se pregunta de qué sirve esta restricció­n legal que nadie parece observar.

–¿Pero hoy no es la jornada de reflexión?

La señora Natalia Bosque pasaba por la plaza Santa Ana de Madrid a eso de las doce y media y quería saber a qué famosos esperaban cinco trípodes de televisión y tantos fotógrafos.

–A Edmundo Bal, Inés Arrimadas y Begoña Villacís que vienen a saludar y a tomarse algo en una terraza.

La señora Bosque confunde reflexión con inacción, invisibili­dad o KO por agotamient­o y se extraña de que los candidatos aparezcan en público en la “jornada de reflexión”, un rito de padres desconocid­os surgido en la transición –cuando no existían las redes sociales ni internet– y consagrado, como todo el mundo sabe, en el artículo 53 de la ley orgánica del régimen electoral.

Tres candidatos tuvieron actos públicos en su agenda de ayer: Isabel Ayuso visita el cuartel general de la recogida y difusión de los datos electorale­s en Ifema (11.30 horas), Ángel Gabilondo visita la sede de la noche electoral (hotel Princesa, 11.30 h) y Edmundo Bal (saludos y paseíllo en la plaza Santa Ana, 12.30 h).

El resto, más que reflexiona­r, estiró las piernas, practicó deporte y eso tan entrañable de “estar con los suyos”. Tampoco los electores consultado­s al azar por este periodista reflexiona­ron mucho y todos dijeron tener el voto determinad­o.

Reflexiona­r: “Pensar atenta y detenidame­nte sobre algo”.

El candidato Ángel Gabilondo comparte con los periodista­s esa alegría por disponer de un día de asueto antes del 4-M, actitud común al resto de aspirantes lo cual induce a creer que estamos ante una jornada de tregua, respiro y vela pero no de reflexión.

“Me he despertado y por fin he tenido tiempo de leer un poco esta mañana. Páginas de El hilo de oro, de David Hernández de la Fuente. Y estaré con mis dos hijos, treintañer­os, y mi nieto Mauro que ha cumplido tres meses y hacerme a la idea que no es una foto

Solo un país, España, aspira, con la polarizaci­ón que está cayendo, a que el elector medite el día previo a unos comicios

que sale en el Whatsapp”. Al que suscribe, Gabilondo le parece una persona con talla y a bocajarro le plantea:

–¿Tiene sentido una jornada de reflexión?

–Vaya pregunta metáfisica... –Usted ha empezado con el libro...

Responde que sí pero tampoco es cuestión de enhebrar la charla a pie de vestíbulo, sino de agradecer a la prensa la atención dispensada durante la campaña y no meterse en honduras.

La cita de Ciudadanos tiene una escenograf­ía más electoral (de Díaz Ayuso bastante hemos hablado). La hora no parece la más adecuada porque las terrazas de la plaza Santa Ana están a medio gas y turistas hay pocos porque solo es festivo en la comunidad de Madrid.

Lo cierto es que entran en la plaza casi a la una, con los medios en formación de revista y un buen plano, por el paseo central, con el Teatro Español de fondo, donde representa­n La casa de los espíritus. Un grupo de turistas nacionales les pide un selfie, gesto cordial que no secundarán después dos espontáneo­s, practicant­es de la española costumbre de “cantarle las cuarenta” a personas de mayor rango y después ir a contarlo a los amigos.

Los tres dirigentes de Ciudadanos se sientan en una mesa de la terraza del Gastrobar Bombilla, donde piden unas jarras de cerveza –clara, para Inés Arrimadas– y sostienen una conversaci­ón neutra sobre este día de reflexión, más bien descanso, aunque Begoña Villacís comenta que se ha despertado a las siete, como siempre, y ha aprovechad­o para preparar una tortilla de patatas.

La mesa está rodeada de cámaras, fotógrafos y redactores a la caza de frases que colorean las crónicas.

-¿Tiene sentido hoy que exista una jornada de reflexión?

–Probableme­nte, no –dice Edmundo Bal–, pero habría que reformar la ley orgánica del régimen electoral.

–Me parece que hay cosas más importante­s por reformar en España, estima Inés Arrimadas.

Ya se intuye que hay “jornada de reflexión” para siglos aunque suene a conyugal, catequista y absurdo.

 ?? LUCA PIERGIOVAN­NI / EFE ?? Edmundo Bal, el candidato de Ciudadanos, junto a Begoña Villacís y Inés Arrimadas tomando el aperitivo ayer
LUCA PIERGIOVAN­NI / EFE Edmundo Bal, el candidato de Ciudadanos, junto a Begoña Villacís y Inés Arrimadas tomando el aperitivo ayer
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