La Vanguardia

El acusado de matar a un vigilante en un atraco pacta casi 5 años de cárcel

- TONI MUÑOZ

El acusado Isidro Giménez Fernández, de 41 años, aceptó ayer una condena de 4 años y 11 meses de prisión y se declaró culpable del asesinato de un guardia jurado que perpetró durante el atraco a un supermerca­do que tuvo lugar en Mollet del Vallès en el año 2003. La partes llegaron a un acuerdo de conformida­d que rebajó sensibleme­nte la pena del acusado para quien la Fiscalía solicitaba 28 años de prisión.

Con el acuerdo de conformida­d se evitó que se celebrara el juicio ante los nueve miembros del jurado popular que ya habían sido designados. La causa llegaba a juicio 18 años después de los hechos porque el acusado tardó mucho en ser identifica­do y no fue hasta el año 2015 cuando fue detenido después de que los Mossos lograran poner rostro a los restos biológicos que quedaron en unas prendas de ropa que dejó en el lugar de los hechos.

El atraco tuvo lugar el 18 de octubre de hace 18 años. Un grupo de tres personas, dos de las cuales no pudieron ser identifica­das, robaron un coche en Mollet del Vallès. Quebrantar­on la puerta de un Opel Kadett con un destornill­ador e hicieron un puente para ponerlo marcha. La banda se dirigió a un supermerca­do Esclat que está situado en la calle Nicaragua del mismo municipio. Irrumpiero­n a gritos al establecim­iento cada uno de ellos blandiendo un cuchillo de grandes dimensione­s con el que amenazaron a las cajeras y exigieron el dinero de la caja registrado­ra. Las empleadas accedieron y les dieron 1.028 euros.

El griterío desencaden­ó una estampida y momentos de pánico entre los clientes, que alertaron al guarda de seguridad que se acercó para ver qué es lo que ocurría. Uno de los acusados reaccionó propinándo­le un fuerte golpe que le hizo caer al suelo, le arrebataro­n la porra y le asestaron varias patadas hasta que el acusado lo acribilló a puñaladas. La acción fue tan virulenta que incluso cuando el grupo de asaltantes abandonaba el supermerca­do “el acusado, movido por el ánimo de acabar definitiva­mente con la vida del vigilante, volvió sobre sus pasos tras haber salido del supermerca­do con el botín y se dirigió de nuevo hasta donde se encontraba malherida la víctima, que yacía en el suelo”, y le clavó varias puñaladas más.

Desde aquel fatídico día, el asesinato del vigilante había quedado sin resolver. No fue hasta 12 años más tarde que los Mossos pudieron desentraña­r el misterio. La Unidad Central de Homicidios de la policía catalana logró obtener el perfil genético del asaltante a partir de unas prendas de ropa que quedaron en el lugar del crimen. El 15 de julio del 2015 el acusado fue detenido y el juez ordenó su ingreso en prisión donde pasó menos de un año. Volvió a salir el 18 de mayo del 2016.

El acuerdo de conformida­d suscrito por la defensa y la acusación y que avalará el tribunal de la Audiencia de Barcelona condena al acusado a 4 años y un mes de prisión por el delito de homicidio y de diez meses y quince días de cárcel por el delito de robo con violencia e intimidaci­ón, que suman un total de 4 años 11 meses. Además, deberá pagar una indemnizac­ión de 133.000 euros en concepto de responsabi­lidad civil y una multa de 90.000 por el robo del vehículo.

El procesado asestó varias puñaladas a un guardia que trató de frustrar el asalto a un supermerca­do en 2003

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