La falta de pistas alimenta la hipótesis de que Anna y Olivia siguen con vida
La policía cree que el padre puede esconder a sus hijas en Tenerife o en otra isla
Cuando se cumple una semana de la desaparición en la isla de Tenerife de Tomás Gimeno Casañas y sus dos hijas, Anna y Olivia, de 1 y 6 años respectivamente, nada se sabe de su paradero. Los agentes de la Guardia Civil y los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), especializados en este tipo de casos, volvieron a registrar ayer durante más de seis horas la vivienda de Tomás Gimeno en la localidad de Igueste (municipio de La Candelaria), donde estuvieron las niñas horas antes de su desaparición, pero no encontraron ningún rastro de las menores.
La falta de pistas que apunten a la muerte de las pequeñas sigue alimentando la esperanza de que continúan con vida, bien porque huyeran con su padre en una embarcación de mayor tamaño para cruzar el Atlántico –hipótesis que con el paso de los días pierde fuerza– o estén escondidas en algún lugar de Tenerife u otra isla próxima.
La última conversación mantenida entre Tomás y su exmujer y madre de las pequeñas, Beatriz Zimmermann, en la madrugada del martes de la semana pasada y en las que él le dijo que “se iba a ir lejos y que cuidaría bien de ellas”, alimenta la posibilidad de que estén vivas.
Fuentes cercanas indicaron ayer otro aspecto que también refuerza esta hipótesis: el perfil de Tomás está “muy alejado del de un asesino”. “Es una persona que ha dado clases de pádel a niños, que juega con ellos y que el entorno cercano describe como un buen padre incapaz de hacer daño a las niñas”, según aseguran estas mismas fuentes. Estas mismas personas sí consideran a Tomás, que estudio Turismo y Dirección y Administración de Empresas, capaz de idear el enrevesado plan que tiene en vilo al país y que puso en marcha, casualidad o no, un día después de que se supiera que el Supremo había rebajado la pena a Juana Rivas de cinco a dos años y medio por el delito de sustracción de menores, después de haber escondido a sus hijos durante dos meses en el 2017.
“No se descarta que estén escondidos en algún punto de la isla y que todos los pasos que dio Tomás Gimeno antes de desaparecer fueran para dar pistas falsas .
Todo con el objetivo de generar un gran dolor a su exmujer”, explican estas fuentes. Entre ellas, los mensajes que le remitió por Whatsapp la madrugada del miércoles, después de zarpar de La Marina de Tenerife, y en los que daba a entender que se iba a suicidar.
Tomás Gimeno no se quitó la vida y así lo confirma el hecho que el pasado sábado por la mañana (cuatro días después de la desaparición) accedió a su cuenta de Facebook através de un teléfono móvil que los investigadores han podido confirmar que está a nombre de Gimeno desde hace año y medio.
La Guardia Civil investiga ahora dónde se recogió la señal para
El sábado, Gimeno accedió a su perfil de Facebook y la Guardia Civil trata de averiguar desde dónde lo hizo
determinar su posición. Ayer también se supo que un día antes de desaparecer realizó una transferencia de 55.000 euros de una de sus cuentas bancarias a otra.
La madre de las niñas, Beatriz Zimmermann, confía en que las niñas “siguen vivas, están bien y que pronto las volverá a ver”, como indicó en un mensaje remitido el domingo a la Cope.
Por su parte, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, también ha expresado su “esperanza” de que las niñas aparezcan con vida.
Fuentes de la Guardia Civil, sin embargo, no descartan ninguna hipótesis, incluso que las niñas fuera asesinadas y tiradas al mar antes de que Gimeno huyera.