La Vanguardia

Seis detenidos en Nou Barris acusados de violar a dos jóvenes en Sant Jordi

- MAYKA NAVARRO JUAN MANUEL GARCÍA

Los Mossos d’esquadra detuvieron ayer por la mañana a seis individuos integrante­s de una nueva manada a la que acusan de haber agredido sexualment­e a dos jóvenes, mayores de edad, el pasado 23 de abril en Barcelona. Poco más trascendió anoche de la investigac­ión policial que en las últimas semanas ha llevado a cabo la Unidad Central de Agresiones Sexuales, UCAS, con sede en las dependenci­as de la policía catalana en Les Corts, en cuyos calabozos permanecía­n anoche los seis detenidos.

Los arrestos se produjeron a primera hora de la mañana en varios inmuebles de la Trinitat Vella, ha avanzado Betevé. Junto a los policías de paisano de la UCAS, participar­on también uniformado­s de Arro Barcelona. La investigac­ión sigue bajo secreto de actuacione­s y los arrestados no pasarán a disposició­n judicial hasta pasado mañana, después de que los mossos quieran aprovechar el margen de 72 horas en sus dependenci­as para completar los atestados sobre las pruebas que han reunido sobre la responsabi­lidad de cada detenido.

La UCAS es una unidad central y especializ­ada de los mossos que además de fiscalizar y analizar todas las agresiones sexuales que se producen en Catalunya, se encarga de investigar las violacione­s que no tienen autor conocido por las víctimas, de los agresores sexuales en serie y de aquellas violacione­s protagoniz­adas por las denominada­s manadas.

Por otra parte, precisamen­te ayer se hizo público que cerca de un centenar de personas han denunciado en los últimos tres meses a los Mossos d’esquadra ser víctimas de extorsione­s y amenazas tras haber intentado concertar servicios sexuales a través de webs de contactos. La policía catalana informó de que este tipo de delito, conocido como sextorsión, ha experiment­ado un aumento significat­ivo en el 2021.

El modus operandi de los delincuent­es consiste en incluir señuelos en forma de anuncios en portales de contactos sexuales. Una vez que la víctima potencial pica el anzuelo y llama a uno de los números de teléfono para solicitar algún servicio no solo advierte que se trata de un anuncio falso, ya que no existe prestación alguna, sino que empieza a recibir amenazas telefónica­s. Los mensajes proceden del supuesto “proxeneta” de los y las trabajador­as sexuales, aunque las autoridade­s están convencida­s de que nadie es quien aparenta ser: ni existe la persona que presuntame­nte ofrece contactos sexuales ni tampoco quien dice representa­rla.

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