Un traidor a la Revolución que no tuvo éxito en España
Novedades sobre la obra del militar y sus acciones en la Península
Las imprentas napoleónicas no se detienen jamás. Litros y litros de tinta siguen derramándose sobre miles de kilos de papel, hoy como ayer, con alguna nueva –o vieja– faceta del militar que, quiérase o no, de algún modo u otro, simboliza una cierta idea de Francia y los franceses. Lo que sigue es solamente un recorrido no exhaustivo por algunas novedades y reediciones recientes.
El historiador soviético Albert Manfred (19061976) le dedicó su biografía Napoleón Bonaparte, que
Akal puso hace dos días a la venta de nuevo en una edición especial por el bicentenario. En esta obra, que se enmarca en el género de la historia narrativa, se reconstruye toda una época, la del tránsito de una sociedad feudal a otra burguesa, y se cuenta cómo alguien que fue discípulo de Rousseau llegó a convertirse en un despiadado autócrata. Napoleón es presentado como un gran traidor a los principios de la Revolución Francesa.
El escritor asturiano T.s.norio (El Berrón, 1959) publica El vicio de Napoleón (KRK), donde confiesa su enfermiza obsesión con el personaje, y demuestra hasta dónde alcanza su vasto conocimiento del tipo: detalles sexuales, gastronómicos, sobre su capacidad de trabajo, pero también la visión estratégica o un perfil psicológico donde, por supuesto, la empatía brilla por su ausencia.
El académico Antoni Gelonch analiza, en Napoleó, la Revolució i els catalans (Viena), por qué no cuajaron entre nosotros las ideas de la Revolución Francesa, además de cuáles eran los planes para Catalunya del emperador y muchos otros detalles. El periodista
Jesús Conte (Barcelona, 1954) ha escrito Barcelona sota la bota de Napoleó
(Tibidabo), que da fe de la represión y la vida cotidiana en los seis años de dominación francesa de Catalunya, donde crueldades, ejecuciones sumarísimas y arbitrariedades mil convivieron con la difusión de ideas avanzadas.
El historiador Daniel Aquillué (Zaragoza, 1989) presenta Guerra y cuchillo (La Esfera), volumen aparecido hace un mes y centrado en la, como suele decirse, heroica resistencia de Zaragoza, ciudad sin muralla ni ejército frente a las tropas del corso y sus sucesivos embates en 1808 y 1809. El título es lo que respondieron los defensores de la ciudad al general francés Verdier cuando este les reclamó “paz y capitulación”.
El historiador Roberto Gonzálvez Flórez publica Napoleón Bonaparte y su entorno familiar (Edaf). Y Ático de los Libros reedita la novela Mi tío Napoleón
del iraní Iraj Pezeshzad (Teherán, 1928).
Del carisma o la capacidad de seducción de Napoleón habla el hecho de que los locos prefieran, sobre todo, ser él en vez de otros personajes. O que, en lugar de fusilarlo, los vencedores le concedieran la gracia del destierro. El tiempo transcurrido permite ya leer sobre él con fascinación sin ser sospechoso de complicidad con sus atrocidades.