Jeque mate
Después de una inversión de 1.300 millones, el PSG se queda sin Champions por cuarto año desde la llegada de Neymar y Mbappé
El rey midas de la opulencia recibe otra bofetada. No es más dolorosa que la de la temporada pasada, pero sí más turbadora. El PSG se marchó de Manchester con las manos vacías y sin demasiados argumentos futbolísticos en los que apoyarse para superar una derrota muchas otras veces vivida, pero que precisamente por ser costumbre puede tener mayores implicaciones. Para empezar, la eliminación puede añadir una peligrosa fuerza centrífuga que aleje a Neymar y Mbappé de París. Ellos han mantenido en vilo al club por sus respectivas renovaciones y ahora vivirán otra temporada de sequía en cuanto a premios importantes tanto colectivos como individuales. No será fácil el papel de Al Khelaifi, el presidente, que pese a ver cuestionado una y otra vez su modelo, sigue manteniendo una confianza ciega en los consejos de Leonardo.
Anoche el método derrotó a la improvisación, el talento individual sucumbió ante el juego en equipo, la valentía opacó al contragolpe. Una moraleja que se extiende desde el estilo de juego hasta la política deportiva del PSG. Y aunque por pura necesidad los papeles se invirtieran en el partido de Manchester, en el que los citizens fueron en muchos momentos galgos que penalizaron a la contra la valentía de los franceses, el PSG nunca supo encontrar lo que necesitaba en la eliminatoria. Su rival tuvo mucha más soltura en la interpretación de ambos partidos y aprovecharon la ausencia de Mbappé, fuera de combate por una lesión. Neymar no fue capaz de ofrecer la rebeldía prometida y jugó más para sí mismo que para su equipo. Pese a todo, el enfado de Ander Herrera tras el partido fue con el árbitro Björn Kuipers. “Hablamos mucho de respeto, pero le dijo ‘vete a la mierda’ a Leandro Paredes. Si lo decimos nosotros tenemos una sanción de tres o cuatro partidos”, aseguró. “Yo también lo escuché, dijo “vete a la mierda”, confirmó Marco Verratti.
La galaxia parisina sufragada por Al Khelaifi, que ha invertido una cantidad ingente de dinero, más de
1.300 millones desde el 2011, sigue sin traspasar la frontera que separa a los clubs ganadores de los aspirantes. En el 2017 fue capaz de reunir, gracias a 400 millones de razones verdes, a dos de las referencias de este deporte. Neymar marchó a París en busca de un lugar en el que sentirse el elegido. Por bisoñez, los objetivos de Mbappé eran más carnales, crecer marcando goles y sumando títulos antes de partir. Pero la amenaza de dominar Europa a golpe de talonario no se ha cumplido. El fútbol ha ido quitándole la razón año a año al jeque, que ha visto como la acumulación de figuras no le sirve para alcanzar sus sueños. Una final perdida el curso pasado, una semifinal en este, que en sí supone un retroceso, y varios octavos son la obra del capital qatarí.
Las derrotas resquebrajan voluntades. Por lo que Neymar y Mbappé tendrán que examinar sus pretensiones tras cuatro temporadas en las que no han alcanzado la trascendencia deseada. El brasileño, de 29 años, ha aprendido a vivir en la cárcel de oro que se construyó a medida. Para Mbappé la situación está más abierta, termina contrato la próxima temporada y, con 22 años, podrá elegir si es el momento de tomar una gran decisión.
La eliminación exigirá una reevaluación del proyecto de Pochettino. El equipo sigue a un punto del líder en Francia y la amenaza de un año en blanco, salvo por la Copa, es real. “Dominamos a un equipo que no es fácil de dominar. El Manchester City ha sido más clínico”, dijo el técnico tras la derrota. Con el argentino echaron a un Barça en reconstrucción en octavos y se tomó la revancha contra el Bayern en cuartos, pero en semifinales fue sometido por el City, el otro club estado en el que mirarse en el espejo. Es igual de despilfarrador, pero también un punto menos frívolo. No gasta solo en futbolistas, sino que invierte, a diferencia del PSG, en una idea un poco más romántica de este deporte.
MAURICIO POCHETTINO
Dominamos a un equipo que no es nada fácil de dominar. El Manchester City ha sido más clínico”
ANDER HERRERA
El árbitro le dijo ‘vete a la mierda’ a Leandro Paredes. Si lo decimos nosotros tenemos una sanción de tres partidos”