La UE fija objetivos para reducir la brecha social
“Construimos la respuesta europea a la pandemia”, dice Macron
La Unión Europea está poniendo en marcha su recuperación económica después de la covid, en base a una prioridad verde y digital, los dos pilares que se llevan un 57% de los planes de recuperación, pero todavía queda por afrontar la brecha social. Es la asignatura pendiente que intentaron potenciar los jefes de gobierno europeos en la cumbre social de Oporto de este viernes y sábado.
“Estamos construyendo la respuesta europea de la pandemia”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, que comparó la rápida reacción que se ha dado ahora con la “solidaridad tardía” que se aplicó en la crisis del 2010, y que tuvo como efecto palpables programas de privatizaciones y reducción de derechos sociales en los países más afectados por la crisis.
En cualquier caso, ahora la respuesta ha sido más rápida y contundente, pero los objetivos sociales no figuran en los planes de recuperación con el mismo rango que los económicos. Sí que estos nuevos objetivos formarán un Marcador Social, y que serán seguidos regularmente para poder evaluar los progresos.
Son los objetivos que, en marzo, la Comisión Europea propuso para el 2030: un 78% de población en edad laboral con empleo, 60% de trabajadores formados de forma regular y sacar de la pobreza a quince millones de europeos, de los cuales cinco millones son niños.
“Salimos de aquí convencidos de dar prioridad a una recuperación justa, que no deje a nadie atrás” dijo el primer ministro portugués, António Costa, organizador de la cumbre en Oporto.
“Nos comprometemos a reducir desigualdades, defender salarios justos, luchar contra la exclusión social y reducir la pobreza”, dice la declaración aprobada por los 27 países. Una declaración que no va tan lejos como pretendía España, que ha presentado varias propuestas, en solitario o junto con otros países, como Bélgica, antes de esta cumbre para intentar inyectar más ambición a este pilar social.
España asume las metas fijadas pero pide ir más allá, con objetivos más vinculantes, con mecanismos de alerta ante posibles incumplimientos y más integrados dentro de las políticas económicas y fiscales. Lo que gustaría a Madrid es que se alineara el cumplimiento de los indicadores sociales con el de los objetivos macroeconómicos, pero esto queda muy lejos.
“Puede parecer poco, pero es el fin de un largo viaje en la tutela de los derechos sociales”, dijo el primer ministro italiano Mario Draghi. Un viaje que en su último trayecto ha durado casi cuatro años. Desde la cumbre de Gotemburgo en el 2017, donde se estableció el pilar social de la Unión Europea con veinte objetivos en igualdad de oportunidades y acceso al mercado laboral, condiciones de trabajo y protección social. Ahora, estos principios se han cuantificado como forma de supervisar su cumplimiento. De cumbre a cumbre. De Gotemburgo a Oporto.
Esta reunión supone un intento de relanzar la agenda social europea en el momento en que se está enfocando la recuperación económica después de la pandemia. En Europa, el ritmo de vacunación se ha acelerado, gana credibilidad la posibilidad de conseguir el objetivo de tener un 70% de la población adulta inmunizada y se prepara el certificado de vacunación también para julio. Son pasos para reactivar la movilidad y con ella, la economía en sectores tan afectados como el turismo.
Mientras, todos pendientes del análisis que la Comisión Europea, que preside Ursula von der Leyen, debe realizar a los planes de recuperación nacionales, el paso previo para acceder a los fondos europeos.
“Reducir desigualdades, defender salarios justos y reducir la pobreza”, dice la declaración